La Unidad de Epilepsia de la Clínica Universidad de Navarra participa en un ensayo internacional que prueba la utilidad de un dispositivo diseñado para detectar y predecir las crisis epilépticas en pacientes con epilepsia refractaria.

Junto a la clínica, en el ensayo participan Oxford University Hospital NHS Foundation Trust de Londres, Goethe-Frankfurt University Hospital de Alemania y la Clínica Corachan de Barcelona.

Los pacientes deberán llevar el dispositivo mjn-SERAS durante todo el día, a lo largo de varias semanas y en situación de vida real, según informan en un comunicado en el que señalan que en una primera fase este dispositivo únicamente recogerá datos sobre la actividad cerebral y las crisis epilépticas para, en una segunda fase, comenzar a generar la alarma de detección y prevención.

El dispositivo es "similar a un audífono", explica Asier Gómez, especialista del departamento de Neurología de la Clínica Universidad de Navarra y responsable en este centro del ensayo.

"Lleva tres sensores que detectan la actividad eléctrica cerebral y, mediante algoritmos matemáticos complejos relacionados con inteligencia artificial que analizan esa actividad, determina la probabilidad de que los pacientes vayan a tener una crisis entre 1 y 3 minutos antes de que ésta ocurra", indica.

En el caso de que detecte una posible crisis, "el dispositivo genera una alarma que avisa al paciente, y así tome las medidas para evitar o, al menos, minimizar los daños que le pueda producir la crisis".

El dispositivo, según precisa, ya ha demostrado la capacidad para detectar y predecir crisis en dos estudios previos, uno que analizaba actividad de electroencefalogramas recogida previamente y otro aplicado a pacientes ingresados en unidades de monitorización con vídeo-electroencefalograma.

El ensayo tiene como objetivo "mejorar la calidad de vida de estos pacientes con epilepsia refractaria, ya que se caracterizan por no poder controlar las crisis y padecer varios efectos secundarios incapacitantes debido a los fármacos, que no consiguen frenar la frecuencia de las crisis epilépticas", aclara Gómez.

Además del seguimiento estrecho propio de este tipo de estudios, tanto al inicio, como en fases intermedias y al final del estudio, según apunta, se "realizará una evaluación neuropsicológica para valorar el impacto emocional y social que puede generar la posibilidad de aviso previo a las crisis en los pacientes", que, a priori, piensan que "será positivo".