La asociación ANANAR ha celebrado este sábado en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona una concentración de homenaje a las víctimas del cáncer por amianto, hoy sin cura y que se calcula que sufren en la Comunidad Foral alrededor de 3.000 personas, por lo que reclama fondos para la investigación.

Los concentrados han guardado un minuto de silencio tras leer los nombres de los fallecidos de la asociación, por los que han encendido un círculo de velas.

María Asun Fernández, presidenta de ANANAR, ha subrayado la ironía de que se celebre cada 30 de abril el Día Mundial por estas víctimas, lo que equivale a reconocer que el amiento es "cancerígeno y mortal", y sin embargo "nadie hace nada" por la investigación que puede curar y salvar vidas.

Tras precisar que de la exposición al amianto se derivan cinco cánceres distintos, ha señalado que las fibras de amianto pueden llegar a ser micras, imperceptibles para el ojo humano pero respirables, por lo que se trata de "un peligro medioambiental" al que "todos estamos expuestos", y de hecho ha aseverado que en Navarra hay 35.000 edificios que en sus estructuras llevan este elemento.

Un "problema del presente" pero que "va a ser de futuro" a través de los menores que hoy están expuestos al amianto de tejados de uralita, bajantes y pizarras porque solo se ha retirado el 10% del existente y es un material con una vida útil de 35 años y se puede tardar décadas en sentir sus efectos.

En este sentido Fernández a precisado que los cánceres por amianto que ahora se están diagnosticando son de personas que estuvieron expuestas a él en los años 80 y 90, por lo que ha instado al Gobierno de Navarra, a Salud laboral y a los tribunales a retirar cuanto antes el "90% que queda" y a agilizar el reconocimiento de esta enfermedad como profesional y los juicios de las víctimas contra las empresas.