"Quiero volver a prisión, es el único lugar en el que me quieren". Este alegato ofreció a los policías municipales que la detuvieron la joven de 21 años que el pasado domingo por la tarde en el barrio de Ermitagaña de Pamplona cuando permanecía en los asientos traseros del taxi a cuyo conductor había intentado acuchillar.

El taxista, que tenía mampara de protección en su vehículo, sufrió heridas leves en el cuero cabelludo y fue dado de alta tras recibir atención sanitaria. La joven, M.B.E., fue enviada el lunes a prisión provisional por los delitos de lesiones con instrumento peligroso por la titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Pamplona. Había salido de prisión este mismo verano y presenta problemas de toxicomanía y un perfil de fuerte desarraigo social.

La jueza decretó su encarcelamiento para evitar su reiteración delictiva debido a que la joven había manifestado su intención de seguir actuando de la misma forma hasta que acabara de nuevo entre rejas. De hecho, la víspera de agredir al taxista, la arrestada ya había intentado atacar con un arma blanca a una mujer que acudía a su trabajo en una empresa de la Comarca de Pamplona. Esta mujer tuvo que ser defendida por un compañero de trabajo que esgrimió una barra de hierro para disuadir de sus intenciones a la joven agresora.

UN ATAQUE ANTERIOR

Según relata el auto judicial, la investigada acometió por sorpresa y por la espalda al taxista con un cuchillo realizando varios acometimientos, causándole cinco lesiones en el brazo derecho y en la zona frontal de la cabeza. El taxi había finalizado un servicio en el barrio de Ermitagaña y la agresora se montó en el mismo y pidió al conductor que la trasladara hasta un lugar al que el taxista se negaba. Ante la negativa, la joven empezó a comportarse de manera agresiva y exhibió el cuchillo con el que intentó atacar al taxista.

En el auto se resalta que el 14 de agosto también había intentó acometer en plena calle a una mujer, a la que causó heridas que constituían un delito leve y la víctima tuvo que huir a la nave de su trabajo para protegerse. Después de cometer la agresión, la atacante profirió expresiones delante de los compañeros de trabajo de la agredida, tales como: que baje que la voy a pinchar, que la voy a matar, y desistió de su actuación al situarse frente a ella uno de los trabajadores con una barra de hierro.

La detenida reconoció los hechos ante la policía y en el juzgado y la jueza concluye que para asegurar la presencia del imputado en el proceso, atendiendo a la gravedad de los delitos que se le imputan, para protección de las víctimas y para evitar la reiteración delictiva al haber manifestado a los agentes de la Policía Municipal con los que intervino su voluntad de continuar cometiendo agresiones a otras personas con arma blanca, voluntad que reiteró al declarar en el juzgado.