La flota europea podrá seguir faenando en aguas británicas durante cinco años y medio, periodo en el que se reducirán en un 25 % sus actuales cuotas pesqueras, según acordaron la Unión Europea (UE) y el Reino Unido, en el marco del pacto sellado este jueves con vistas a la etapa posterior al Brexit.

El acuerdo incluye nuevas disposiciones para asegurar una gestión sostenible de las reservas pesqueras compartidas.

Además, subraya la necesidad de preservar los recursos marinos y las actividades de las comunidades pesqueras que dependen de esas aguas.

Acceso a aguas británicas

El periodo en que la flota europea podrá seguir pescando en aguas británicas fue durante las negociaciones uno de los puntos más complicados de cerrar.

Los británicos querían fijar en tres años el plazo mientras que los europeos pedían que se extendiera a unos siete años, según fuentes negociadoras.

También el porcentaje de reducción de las cuotas fue motivo de largas discusiones, pues los británicos reclamaban un recorte de entre el 60 y el 80 %.

Finalmente se fijó el plazo de cinco años y medio, que ayudará a los pescadores europeos a adaptarse y prepararse a los cambios y la bajada del 25 % de sus cuotas en aguas británicas al final de ese periodo.

Una vez finalice ese periodo transitorio, el acceso a las aguas británicas dependerá de las negociaciones anuales entre ambas partes, en las que se fijarán las cantidades para cada una de las reservas.

Esas consultas anuales tendrán por objetivo "acordar las oportunidades pesqueras, con vistas a una gestión sostenible de los recursos marinos, preservando a la vez la forma de vida de las comunidades pesqueras que dependen de esas aguas y recursos", indicó la Comisión Europea.

Según fuentes europeas, al final de los cinco años y medio las partes podrían acordar prolongar la situación.

Malestar en el sector pesquero

La Alianza Europea de Pesca (EUFA en inglés) criticó hoy el acuerdo alcanzado, que calificó de "un fuerte golpe" y consideró que crea gran "incertidumbre" al sector.

"Los pescadores pagarán un alto precio por el acuerdo del Brexit. Aunque no se conocen los detalles exactos del acuerdo y deben ser analizados, la información disponible es "muy preocupante" para los pescadores europeos, dijeron en un comunicado.

La alianza dijo que el sector afronta la pérdida de "amplias partes de cuotas" que han sido el sustento de muchas generaciones de pescadores.

"El acuerdo no facilita una seguridad a largo plazo para nuestras flotas", dijo la alianza pesquera europea, que pidió a la Comisión Europea y a los estados miembros que tomen "todas las medidas necesarias, económicas y políticas, para asegurar un futuro de largo plazo" a esa industria.

Según datos de la EUFA en la última década cerca del 42 % de las capturas europeas procedían de aguas británicas, porcentaje que puede, según la especie, superar el 60 %.

El sector pesquero europeo cuenta con 18.000 pescadores y 3.500 buques, con una facturación anual de 20.700 millones de euros.

Nueve flotas de la UE pescan en aguas británicas: España, Francia, Países Bajos, Bélgica, Alemania, Dinamarca, Irlanda, Suecia y Polonia.

España captura anualmente alrededor de 9.000 toneladas de pescado en el caladero de Gran Sol (Atlántico Norte, al oeste de las islas británicas), principalmente merluza, gallo y rape, por valor de unos 27 millones de euros.

Esas 9.000 toneladas apenas representan un 1 % sobre el total de capturas de la flota española, según datos de la patronal de armadores Cepesca.

Los 88 buques pesqueros del Estado dan empleo a 2.150 tripulantes y generan alrededor de 10.750 empleos directos e indirectos. Son, principalmente, gallegos, pero también de Euskadi, de Cantabria y de Asturias.

Reino Unido

Con la salida de Reino Unido de la UE el próximo 1 de enero, el país abandona la Política Pesquera Común y pasa a ser un estado costero independiente, libre de decidir sobre el acceso a sus aguas.

La soberanía de las aguas ha sido uno de los argumentos de los partidarios del Brexit, y el Reino Unido insistió en todo momento en que cualquier acuerdo futuro debía partir de la base de que los caladeros británicos son ante todo para los buques británicos.

Pero a la vez, el sector pesquero británico depende en gran medida del mercado europeo, dado que el Reino Unido vende el 80 % de sus productos pesqueros a la UE.

El acuerdo asegura un equilibrio, al permitir a los británicos seguir introduciendo sus productos en la Unión libres de aranceles.