El atleta navarro de 110 metros vallas Asier Martínez (22/04/2000, Zizur Mayor) va a disputar sus segundos Juegos Olímpicos tras lo de Tokio 2020, que se celebraron en 2021 por la pandemia. En París buscará alcanzar o mejorar el sexto puesto que consiguió en la capital japonesa y lo afronta en un buen estado de forma donde las lesiones le han respetado tras pasar, prácticamente, un 2023 por la enfermería. El joven de 24 años, a diferencia de los Juegos de hace tres años, llega a París habiendo conseguido y saboreado el éxito en 2022 con una medalla de oro en el Campeonato de Europa celebrado en Múnich y un bronce en el Campeonato del Mundo en Estados Unidos. El zizurtarra viaja este jueves a París donde competirá la semana que viene, en concreto, el próximo domingo 4 de agosto a las 11.50 horas. En caso de no pasar de ronda iría a la repesca, novedad de estos Juegos, el martes 6 de agosto, a las 10.50 horas. Las semifinales se disputarán al día siguiente, miércoles 7 de agosto, a las 19.05 horas y la final, cita para luchar por las medallas, es el jueves 8 de agosto a las 21.45 horas. 

¿Qué significa para usted competir en sus segundos Juegos?

–Realmente no es algo que le haya dado demasiado valor, sino la gente que me rodea me ha recordado que tengo 24 años y que voy a ir a mis segundos Juegos Olímpicos. Los primeros si que fueron esa ilusión, esa novedad de cumplir un sueño olímpico y en estos segundos lo que voy a buscar es a confirmar las sensaciones que he ido acumulando esta temporada. 

¿En qué momento llega a la cita del año?

–Llego en un momento que nunca me había tocado lidiar porque estoy con buenas sensaciones físicas, he acumulado buenos entrenamientos durante estos últimos meses, pero por el contrario no he ido acreditando las marcas que consideraba que podía alcanzar. Creo que eso ha sido un poco difícil de gestionar:el verme sano y bien físicamente para unas marcas que no han llegado en las anteriores citas. 

¿Con qué expectativas va?

–A nivel de resultados va a ser complicado cuadrar un buen puesto o una marca y creo que voy a ir carrera a carrera compitiendo en cada una lo mejor que pueda. Sé que este nivel que estoy teniendo en estas últimas competiciones no va a ser suficiente para lo que quiero hacer y, además, el nivel general está siendo muy alto últimamente. Voy de tapado, como muchas otras veces, así que eso también puede ser positivo.

El pasado 7 de julio compitió en la Diamond League de París, donde finalizó séptimo con una marca de 13.35, ¿qué sensaciones tuvo?

–Tuve sensaciones buenas que no se llegaron a plasmar lo que realmente me hubiese gustado correr porque creo que estaba para más, pero al mismo tiempo voy a necesitar ser más rápido para hacer unas buenas olimpiadas. También estoy dándole tranquilidad a la cabeza porque estos momentos previos es importante ya que confío en que puedo dar más. En París no me quedé del todo satisfecho. 

¿Le sirvió a modo de preparación para los Juegos?

–He tenido un calendario algo estresante por las citas de Diamond League que he tenido en Estados Unidos y han partido más o menos mi preparación. He tenido tantas preparaciones que he sentido la sensación de saturar demasiado el cuerpo y la cabeza con tanta competición y es por eso que desde la Diamond League de París decidimos cancelar las siguientes citas y centrarnos en una preparación más específica. 

¿Por eso el día 12 de julio no compitió en la Diamond League de Mónaco?

–Efectivamente. Teníamos dos citas más programadas para competir, pero en su día decidimos dar un respiro a la cabeza y asentar esas sensaciones en los entrenamientos y ganar un poco más de esa confianza extra para poder por lo menos pelear más tranquilos esos puestos en las olimpiadas. 

¿Y cómo se ha estado preparando estas últimas semanas después?

–Hemos centrado los entrenamientos por la mañana para buscar esa frescura en las olimpiadas, sin excedernos a nivel de volumen y a las tardes intento desconectar. Aunque en estos momentos previos a los Juegos es un poco complicado, pero tengo gente a mi lado que siempre me ayuda. 

¿Cómo se relaja?

–Intento conectarme con el mundo y no con la burbuja deportiva, ni con esa realidad del deportista que se centra en su rendimiento personal. Trato de conectar más con el mundo de fuera y no con el de las olimpiadas. 

¿De alguna manera está cada vez más nervioso a medida que ser acercan los juegos?

–Bueno, intento convivir con gente que es ajena a todo eso de alguna manera y ayuda a no sufrir tanto, pero bueno, cualquier deportista que está a esperas de competir dentro de una semana y media en sus segundas olimpiadas... es complicado olvidarse de lo que cada vez está más cerca. 

Ha comentado varias veces las buenas sensaciones que ha tenido, pero también el que debe tener en calma la cabeza, ¿cómo está?

–Estoy preparado para lo que viene, pero no estoy tranquilo. Estaría mintiendo, pero conforme pasan los días me encuentro más preparado, confiado y he podido acumular buenos entrenamientos estas tres últimas semanas. Hemos tenido ayuda externa que nos ha permitido canalizar y planificar mejor estas últimas sesiones de entrenamiento y creo que me encuentro preparado, pero no tranquilo. 

Le hacía esa pregunta porque tras el Europeo de Roma de hace un mes dijo que no disfrutaba de la competición, ¿lo sigue pensando?

–Realmente son declaraciones en caliente, pero creo que son acertadas porque no he tenido la sensación de competitividad que tanto me caracterizaba anteriormente, en años atrás. Ahora creo que estoy preparado para competir, pero no creo que para ganar, ni para sacar medallas, la verdad que no lo sé. Desde luego soy una persona competitiva y eso es lo que más me ha caracterizado. Sin embargo, en el Campeonato de Europa y en otras competiciones que he ido teniendo este año no he podido sacar lo que verdaderamente podía sacar. En París voy a buscar esa competitividad, que al mismo tiempo es lo que más añoro. 

¿Para un atleta es lo máximo que puede conseguir en su carrera?

–Sin duda. Desde pequeños nos han inculcado que las olimpiadas es a lo máximo a lo que se pueda aspirar. No hay nada más allá en el atletismo, o más en concreto dentro de las pruebas de velocidad. En mi caso en particular son mis segundas olimpiadas y por diferentes circunstancias no le he dado la importancia o valor necesario, pero bueno ha sido mi entorno los que me han tenido que parar un poco y bajar el globo del cielo, como decía un amigo. Ahora estoy poniendo los pies en suelo y le estoy empezando dar valor a mi segunda participación.

Son segundos juegos, pero los de Tokio estuvieron marcados por la pandemia, ¿cómo cree que va ser la experiencia este año? 

–Supongo que estaré más centrado en la competición que en esa experiencia extradeportiva. Me centraré en esas primeras citas y en las primeros entrenamientos. En principio, dejaré de lado lo que me pueda aportar París como ciudad.

¿Cuándo viaja a París?

–Viajaremos a allí el jueves (por hoy) porque hemos retrasado la llegada a la Villa Olímpica para, precisamente, tener más momentos de paz en Pamplona, pero no se consigue del todo. Al final queremos meternos lo más tarde posible en esa burbuja tan aislante del mundo. 

¿Ha preparado la maleta?

–No, suelo dejarlo para última hora. De hecho, casi siempre, suelo necesitar de ayuda para que la gente me recuerde este tipo de gestiones o requisitos que tenga que cumplir antes de este tipo de citas. 

¿Irán a verle familiares o amigos a París?

–La verdad es que la gente podría pensar que sí, pero no es tan sencillo porque París está relativamente cerca y es una ciudad poco accesible y más con un evento de este tamaño en el que entra el lucro y la especulación. Económicamente es difícil, pero tengo la suerte de que mis padres y hermanos van a ir, pero es mi caro.

¿Ellos son un apoyo extra que le puedan servir de motivación?

–Claramente sí. Más que el apoyo en esos momentos previos o durante la competición diría que es más un apoyo de la gente que durante estos meses o el año pasado me han podido ayudar, ya que tuve un 2023 complicado a nivel personal y tener la suerte de haber salido adelante es gracias a ellos. 

¿Y que estén allí presencialmente en que cambia si no lo estuvieran?

–Tener físicamente a esas caras conocidas en París me ayuda a tranquilizarme más, pero en general soy una persona difícil de tranquilizar en esos momentos previos. Fuera de mis rutinas de precompetición no hay muchas cosas que me relajen.

¿En los momentos previos de competir suele estar muy nervioso?

–Soy una persona bastante nerviosa y al mismo tiempo pienso que los nervios, controlados, hasta cierto punto son positivos. 

¿Cómo gestiona los nervios?

–No los gestiono, poco se puede hacer antes de empezar una competición. El que intente vender un método mágico para no estar nervioso o no ha sido deportista o está intentando engañar. 

Compite el domingo 4 de agosto y se va este jueves. Es más de una semana, ¿qué va a hacer? 

–Supongo que estaré en la Villa Olímpica y por la experiencia anterior el subidón de la Villa dura dos días porque en ese tiempo ya lo has visto todo y toca centrarse en los Juegos. 

¿Cómo es vivir en la Villa Olímpica?

–Puedes salir y entrar cuando quieras sin ningún tipo de restricción y más ahora que se ha quitado ese miedo a la pandemia. 

¿Tiene pensado permanecer todo el tiempo en la Villa?

– Tengo pensado no salir demasiado antes de competir e intentaré desconectar y distraer la mente dentro de la Villa, creo que si salgo sería saturarme demasiado. 

Por último, a nivel navarro van 8 deportistas, con usted incluido, ¿qué siente?

–Siento orgullo porque intentamos representar los valores de nuestro pueblo, de donde venimos, intentamos llevar esa labor representativa de la gente que nos rodea. De alguna manera representamos muy humildemente Nafarroa.