El sueño del 'Top 8' se esfumó definitivamente para el Baskonia en Múnich. El alicaído Bayern, cuya última victoria en la Euroliga databa del pasado 7 de marzo y que encadenaba seis derrotas consecutivas en la máxima competición, no pudo convertirse en un aliado del conjunto vitoriano en el Audi Dome e hincó la rodilla ante un Zalgiris que finalmente se ha hecho, contra todo pronóstico, un hueco entre la flor y nata continental dejando con la miel en los labios a los hombres de Peñarroya.

Tras un partido muy igualado y, por momentos, de escasa calidad, los lituanos se impusieron en Alemania por 80-83 arropados por más de un millar de aficionados en las gradas del pabellón teutón. Y lo hicieron pese a sus múltiples errores en la recta final que permitieron al Bayern acercarse en el marcador y disponer incluso de un triple para forzar la prórroga.

Sin embargo, el intento final de Walden se estrelló contra el aro después de que Lekavicius y Ulanovas mostrasen su sangre fría desde la personal. El veterano base del Zalgiris fue el héroe para los bálticos con sus 20 puntos, algunos de ellos decisivos en el tramo de la verdad. También brilló en las filas visitantes Rolands Smits, quien pudo ser en su día integrante del Baskonia, con 16 tantos y 4 rebotes.

El pasaporte azulgrana para disputar los cruces de la Euroliga pendía de un fino hilo tras la derrota del jueves en El Pireo ante el Olympiacos. Finalmente las esperanzas se desvanecieron porque el Zalgiris, casi siempre por delante en el marcador, hizo valer su estado de máxima necesidad en tierras bávaras. Eso sí, su nerviosismo quedó patente en todo momento y estuvo a punto de desperdiciar una renta de 10 puntos (68-78) a falta de dos minutos para la conclusión.

El Baskonia, conocedor de la noticia este viernes mientras viajaba a Santa Cruz de Tenerife para medirse al Lenovo de Txus Vidorreta, se ve obligado a rumiar un desenlace de lo más amargo y con tintes crueles. Prácticamente nada se le puede reprochar al maratoniano azulgrana en esta edición continental. Ha puesto toda la carne en el asador mediante un juego atractivo a más no poder e incluso compitió por encima de las expectativas iniciales, pero tan solo nimios detalles le han condenado.

Posiblemente con Pierria Henry en nómina esta película hubiese acabado de otra manera distinta. La suspensión de su licencia por parte de la FIBA tras una irregularidad en un control antidopaje, acaecida a finales de enero, privó a Joan Peñarroya de una pieza imprescindible en su engranaje.

El base natural de Virginia Occidental aportaba todos esos intangibles que se han echado de menos en el tramo de la verdad. Su poderío físico, su carácter y su personalidad proporcionaban un plus que su recambio, Max Heidegger, no ha podido igualar ni de lejos.

Tras 33 jornadas en los puestos de privilegio, el Baskonia se ha visto rebasado en la última curva por un Zalgiris que, por su parte, también ha contraído sus méritos. El equipo lituano ha enlazado cuatro victorias consecutivas en el cierre de la fase regular y ha sido capaz de sobreponerse a las sensibles pérdidas de dos de sus mejores jugadores por lesión en mitad del curso (Keenan Evans y Tyler Cavanaugh).

Un recorrido sobresaliente

Una vez pase el correspondiente luto, todos los estamentos del club vitoriano deberán valorar en su justa medida el intachable recorrido a lo largo de tantos y tantos meses de competición. Y es que el Baskonia ha sido uno de los grandes animadores de esta Euroliga con un baloncesto repleto de vistosidad y pujanza a nivel ofensivo.

Especialmente reconfortantes fueron las victorias ante 'gallitos' del torneo como el Real Madrid, el Fenerbahce o el Efes, todos ellos sometidos por el juego desinhibido y de elevadas revoluciones de los alaveses. Como consecuencia de ello, algunos jugadores como Darius Thompson o Markus Howard se han revalorizado hasta límites insospechados.

Las opciones de clasificación han permanecido intactas hasta el último instante gracias, básicamente, al poderío acreditado en el Buesa Arena. El Baskonia se ha mostrado arrebatador en el recinto de Zurbano con un balance de 14 victorias y 3 derrotas. Tan solo el Olympiacos, el Barcelona y el Mónaco destaparon su debilidad al calor de su público, que ha recuperado la ilusión con un grupo que le ha regalado esta campaña noches para el recuerdo.

Sin embargo, donde ha aflorado cierta endeblez a nivel físico y mental ha sido en los compromisos a domicilio, la mayoría de los cuales se han atragantado por completo. Ahora es cuando pesan como una losa aquellas derrotas ante los equipos más terrenales de esta Euroliga como el Asvel, Alba, Panathinaikos, Bayern o Virtus.

El amargo adiós continental obliga ya a dar el do de pecho en la ACB, donde el Baskonia conserva una posición de privilegio tras una trayectoria espectacular. A falta de ocho jornadas para el final de la fase regular, el conjunto vitoriano lidera la clasificación por delante de los dos gigantes futbolísticos y depende de sí mismo para lograr un liderato que le concedería la ventaja en todas las eliminatorias por el título.

Tras los resultados de este viernes en la Euroliga que incluyen las victorias del Barcelona y Partizan, las eliminatorias de cuartos de final serán las siguientes entre los días 25 de abril y 10 de mayo: Olympiacos-Fenerbahce, Barcelona-Zalgiris, Real Madrid-Partizan y Mónaco-Maccabi.