Cualquier aficionado al baloncesto en Navarra recordará a Bea Zudaire (Pamplona, 8 de junio del 2000) a pie de pista en Anaitasuna con su camiseta de Basket Navarra. Seguramente de Iñaki Narros, su principal referente en el mundo de la canasta. A Zudaire el basket ya le había aparecido en su vida a través de su hermano y esos años le reforzaron la idea de probar suerte en el mundo de la canasta. Una década después, la navarra se ha consagrado como la mejor jugadora del Eurobasket femenino y eso que España fue tercera. 

Con apenas 25 años, Zudaire se ha consolidado como una de las grandes referentes del baloncesto en silla de ruedas continental. En el Europeo, la navarra promedió 17 puntos, 9 asistencias y 5 rebotes por partido, y culminó su participación con una actuación magistral en el duelo por la medalla: 20 puntos, 12 asistencias y 7 rebotes.

El reconocimiento, según la propia jugadora, tiene un valor muy especial: “Me lo tomo como el resultado de todo el trabajo que hay detrás, de todas las horas invertidas en intentar estar lo mejor preparada posible. Este premio me dice que es el camino correcto, aunque aún hay un millón de cosas que puedo mejorar”.

Zudaire reconoció que la emoción del momento fue difícil de contener: “No me lo creía. Me daba mucha vergüenza estar allí frente a tanta gente, pero enseguida lo transformé en felicidad. Miré a las gradas, vi a mi familia llorando y supe que estaba viviendo algo único, seguramente irrepetible. Lo disfruté muchísimo”.

Zudaire comenzó en el baloncesto en silla de ruedas casi por casualidad, atraída por lo que veía en los partidos de Basket Navarra, de la cual era una acérrima fan. “Empecé a jugar porque me gustaba lo que veía los viernes, me gustaba lo que se sentía como espectadora. Pero en el momento en que lo vives como jugadora, todo se multiplica por mil. Esa emoción y esa ilusión se convierten en algo casi adictivo. Nunca me imaginé que podría llegar a esto”, recuerda.

Actual jugadora del BSR Valladolid, Zudaire encara la nueva temporada con la misma ambición y energía que la han llevado al éxito internacional. “Llego con muchas ganas de centrarme en el club y de aprovechar las buenas sensaciones del Europeo para empezar la liga de la mejor manera posible. Queremos estar lo más alto posible en la clasificación. Aún no sabemos muy bien cómo será el nivel de los equipos porque casi no ha habido amistosos, pero el objetivo es claro: dar nuestra mejor versión desde el primer día”.

Un sueño futuro

Más allá de los logros deportivos, la navarra también mira al futuro con una ilusión especial: formar parte del equipo de baloncesto en silla de ruedas que su familia ha impulsado en Navarra. “Eso sí que lo tengo clarísimo: en algún momento jugaré en el BSR Navarra. Es un proyecto que me encanta, que me hace muchísima ilusión. Nació del cariño y del esfuerzo y para ayudar a todas las personas que quieran hacer deporte lo tengan más fácil”, cuenta con orgullo.

“Es un club que no es mío, pero que siento muy cerca y muy presente. No puedo retirarme de este deporte sin vivir algo así, sin ponerme la camiseta de un equipo que nació para ayudar a que otras personas lo tuvieran un poco más fácil que yo cuando empecé. Con ese objetivo es imposible decir que no”, añade emocionada.

En cuanto a la selección, Zudaire tiene en mente el próximo gran objetivo: la repesca para el Mundial de Canadá 2026. “Llegamos con muy buenas sensaciones. Si seguimos trabajando así, podemos hacer un papel increíble y vivir momentos tan intensos como los de este campeonato”.

Aquella animosa aficionada que lo daba todo en Anaitasuna ahora es una referente del baloncesto a nivel europeo.