ESTELLA-LIZARRA. Con tan solo 21 años, la lateral navarra Nerea Pena acumula una larga experiencia al máximo nivel del balonmano. Debutó jovencísima en la Liga ABF con Itxako Reyno de Navarra y enseguida le llegó también la llamada de la selección española. A pesar de su juventud, ha vivido ya partidos históricos como una final de la Copa EHF, aunque seguramente ninguno como el de mañana.
Después de haber dejado la Liga casi vista para sentencia esta semana, llega de nuevo la Champions y con un partido muy especial este sábado.
Sí, es un partido histórico para el club y para muchas de las jugadoras de la plantilla. Hay que tener en cuenta que son las semifinales de la mejor competición del mundo y que enfrente estará uno de los mejores equipos de Europa como es el Györi. Claro que a este nivel que estamos ya no puedes encontrarte rivales fáciles...
Las lesiones le han obligado a parar algunas semanas, pero ya ha vuelto al equipo para afrontar el tramo decisivo de la temporada. ¿Cómo se encuentra de esos problemas?
Es cierto que después de estar con la selección a finales del año pasado tuve algunos problemas físicos, pero ahora estoy mejor. Aunque seguramente no al 100%, estoy a un nivel bastante bueno y con muchas ganas de jugar.
¿Soñaba la plantilla con llegar a semifinales de la Liga de Campeones o ha sido una grata sorpresa también para las propias jugadoras?
Sabíamos que iba a ser muy complicado llegar hasta aquí, aunque tenemos una gran plantilla. El objetivo era, al principio del año, superar la primera ronda, pero lo de las semifinales lo veíamos complicado. Además, dentro del segundo grupo éramos los menos favoritos para clasificarnos, aunque hicimos muy buenos partidos y eso nos fue dando confianza.
Quizá el gran cambio respecto a la temporada pasada es que han sabido jugar de maravilla los minutos decisivos de los partidos, donde se cuece todo...
Sí, creo que hemos aprendido a controlar mejor los partidos desde el principio hasta el final. El año pasado, por ejemplo, estuvimos a punto de ganar allí en Györ, pero cometimos errores al final, en los últimos minutos, y no se pudo sumar nada.
¿Cuál va a ser la clave de la eliminatoria?
Lo más importante es estar siempre metidas en el partido y que no se vayan en el marcador, pero para eso tenemos que defender bien e intentar aprovechar el contragolpe para marcar goles. El Györi tiene un juego quizá parecido al Oltchim, aunque más dinámico, con jugadoras más polivalentes, más fintadoras y más completas. Lo tienen todo, aunque también se les puede hacer daño.
¿Supone una desventaja jugar primero en casa una eliminatoria tan importante? Lo digo porque Itxako ha rendido mucha veces mejor incluso a domicilio que en Estella, en su propia pista. Este año, por ejemplo, en Alemania, en Rumanía...
Hombre, siempre es importante jugar en casa el partido de vuelta, y más todavía en una semifinal de Champions, pero es cierto que fuera también podemos rendir bien. En el primer partido es importante no recibir muchos goles, aunque tanto la ida como la vuelta tienen la misma importancia.
¿Qué papel puede jugar la afición en un partido tan importante como este para ayudar al equipo a lograr el objetivo?
Puede significar hasta el 50% del resultado si se crea un buen ambiente de balonmano. Para eso nosotras tenemos que jugar un buen partido, pero sería súper importante que la afición vaya caliente, con muchas ganas de animar.
Aquí el público es mucho más frío que en Hungría...
Allá son más calientes. Además, el Györi tiene un grupo de aficionados, como si fuesen los Indar Gorri, que canta siempre el himno antes de los partidos y se te ponen los pelos de punta. A pesar de que animan mucho a su equipo, son muy respetuosos y es un buen pabellón para jugar, aunque tampoco es muy grande.