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“Echo de menos un buen potaje, no soy un artista cocinando”

“Echo de menos un buen potaje, no soy un artista cocinando”

pamplona - ¿Cómo ha sentado volver a casa tras varios meses fuera? ¿Cómo ha visto el pueblo?

-Doneztebe como siempre, no cambia mucho. En estos meses fuera he tenido suerte y he venido de visita un par de veces. En Alemania estoy contento, me he adaptado rápido, mejor de lo que esperaba, y la gente se ha portado muy bien conmigo.

¿Cómo es su vida allí?

-Parecida a la de aquí. Entrenamos todos los días y a veces mañana y tarde. Sí que es verdad que allí es todo balonmano y balonmano, la cabeza a veces se me satura antes, pero también estoy estudiando alemán. Alguna cosa más también quiero hacer.

Es ingeniero mecánico. En Alemania habrá oportunidades en este ámbito.

-Sí, sí que hay. Pero primero quiero aprender alemán, que es a lo que he ido. Meterme en todo el jaleo, sin saber bien el idioma, igual es mucho charco.

¿Cómo se apaña solo?

-Bien. En Pamplona también vivía solo, pero tenía a la ama cerca y el fin de semana iba al pueblo. Sí que se echa de menos un potaje bueno, unas buenas lentejas... Mi madre ya me dice que estoy más delgado. La verdad es que no soy un artista cocinando, soy muy básico y echo mucho de menos la comida, aunque ahora en Navidades he comido muy bien.

Lástima que no se pueda llevar a su madre para allí, ¿no?

-Sí, sí. Aunque las veces que han ido a verme me han traído jamón, ternera... Pero la realidad es que no soy un cocinillas y ese es el problema.

Sin embargo, creo que está en vías de solucionarlo, ¿verdad?

-Así es. Quiero comprarme la Thermomix, porque no como potajes ni nada. Tengo que alimentarme bien y al final caerá.

¿Qué más echa de menos?

-Muchas cosas. Ahora valoro algunas que antes eran rutinarias, como ir a tomar un café con los amigos o cenar un domingo en casa con la familia. Allí es diferente, estoy solo, aunque también aprendes a buscarte la vida. Creo que al final es bueno salir y para mí la experiencia está siendo positiva.

Está en la categoría de plata alemana. ¿Ha notado mucha diferencia con la Asobal?

-Allí el balonmano se vive de otra manera. En el último partido en casa había unas 1.700-1.800 personas. En todos los pabellones se rozan los 2.000 espectadores. Las presentaciones están muy trabajadas y se vende muy bien. Hay más afición y fidelidad. En cuanto al juego, aquí hay más calidad, mientras que en Alemania es más físico.

¿Qué tal con el equipo?

-Soy el único central y juego todo en ataque, quién me lo iba a decir a mí (se ríe). Es un equipo joven y conmigo se han portado muy bien desde el primer día.

En principio, ¿para cuánto tiempo ha ido a Alemania?

-Para dos años.

¿Y cuál es su idea?

-Estar un año más y luego, en principio, volver. Aunque ya se verá. Estoy a gusto allí, pero a mí Pamplona me tira mucho. Está claro que terminaré regresando. ¿Cuándo? Ya veremos. Pero me encanta Pamplona y no creo que en ningún sitio de Europa se viva como aquí.

Y cuando regrese, ¿le gustaría jugar de nuevo con Anaitasuna?

-Sí que me gustaría. Aquí terminé bien y tengo muchos amigos, aunque el club también tiene que querer. Se tienen que dar muchas cosas.

¿Qué le pide a 2016?

-Que siga todo igual, como en 2015. Estoy jugando, estoy contento y ojalá acabe hablando bien el alemán. Y la Thermomix, claro. - B. Equísoain