pamplona - Apostó que no iba a llorar en su despedida. Y no lo hizo. Su compañero de equipo Mikel Aguirrezabalaga y su rival de hoy en la pista Sergey Hernández deberán apoquinar con lo que se jugaron. Una apuesta es una apuesta. Miguel Goñi, capitán del Helvetia Anaitasuna, anunció ayer que lo deja. Esta tarde, ante el BM Logroño en La Catedral (19.00 horas), jugará su último partido con la camiseta verdiblanca, la que ha defendido las últimas 22 temporadas, 19 de ellas en la Liga Asobal. Será la última vez que Goñi porte el brazalete, que corra por el extremo en la elite del balonmano y que vuele sobre la pista azul al lanzar. Testigo será su afición, los incondicionales del Anaita, al igual que la televisión. Las cámaras de Gol retransmitirán este último partido de la Liga Asobal.

El club pamplonés se queda sin su capitán, sin su gran emblema sobre la cancha. A sus 38 años, Goñi ha sido partícipe de las grandes gestas del Helvetia. Desde el ascenso a la máxima categoría en 2011, pasando por las tres participaciones europeas en la Copa EHF y el subcampeonato de Copa del Rey en 2016. Una trayectoria larga, intensa, a la que hoy pondrá fin.

El capitán navarro hizo pública ayer su decisión en una comparecencia sobre la pista de Anaitasuna. Estuvo arropado por sus compañeros, por el cuerpo técnico encabezado por Iñaki Aniz, por sus padres Luis y María Jesús, y por amigos como Tizok Egozkue o Carmelo Arriaga. En la mesa, delante de una gran presencia de medios, estuvo flanqueado por el presidente de la Sociedad, Miguel Ollakarizketa; por el responsable de balonmano, Javi Gracia; y por su inseparable Carlos Chocarro.

muy meditado La decisión de retirarse al final de esta temporada ya estaba tomada desde febrero del año pasado. Así lo desveló el propio protagonista. “Me reuní con Javi Gracia. Él tenía la intención de que jugase un año más y de que fuese el último, y a mí me pareció bien. Hace falta muy poco para convencerme de que juegue”, explicó. No obstante, los problemas físicos que sufrió al finalizar la anterior campaña hicieron tambalear esta decisión. “Cambió mi perspectiva, pensando en si podría jugar o no, porque no podía moverme”. Su tesón, el apoyo de sus compañeros y, sobre todo, el empuje y la implicación de los fisioterapeutas del equipo, Elisa Arrechea y Pablo Inchauspe, junto con el preparador físico, Javier Angulo, hicieron que Goñi desistiese incluso de abandonar la práctica del balonmano hacia diciembre. “Ellos me animaban. En los últimos meses, además, me lo he pasado muy bien, por todos aquellos que son mis compañeros, que me lo han puesto fácil. Si no fuera por ellos, por el cuerpo técnico y por el figura este (por Chocarro), no termino el año”, subrayó.

Goñi tuvo palabras de sincero agradecimiento a sus padres en primer lugar, que le han acompañado en su carrera y en sus viajes por Europa incluso. “Sin vosotros, no hubiese llegado a estar hasta los 40 palos casi jugando. La parte más satisfactoria de estos años ha sido verles disfrutar”, aseguró. Igualmente, se acordó de “las dos parejas que he tenido en momentos diferentes, con las que he compartido mi vida, y que también se han comido los sinsabores del deporte”. Agradeció el apoyo de sus amigos, “a quienes les he robado tiempo de quedar o de hacer planes”; las enseñanzas de “mis entrenadores, los de la base, los Maristas, y los cinco que he tenido en el primer equipo”; y de sus compañeros, “no sólo los que estáis aquí, sino todos con los que he compartido vestuario estos años. La gente que compartió conmigo vestuario en la primera época se convirtió en un referente para mí”, destacó un capitán que aseguró sentirse “contento, tranquilo y en paz con el equipo, con el club y conmigo mismo”.

Miguel Ollakarizketa definió a Goñi como “un hombre de club, todo corazón y todo Anaita”, mientras que Javi Gracia leyó una emotiva carta en la que destacó “la fidelidad” del capitán navarro “a los suyos”, “la sencillez, el compañerismo y el rebelarse ante las injusticias”. Gracia le lanzó, no en pocas ocasiones, el anzuelo para que continúe vinculado a la entidad. “Soy una persona de club y haré lo que me digan, aunque no hay nada. A mí lo que me gusta es jugar, se lo dije a Javi (Gracia) y a Iñaki (Aniz), y, si no, ser presidente”, soltó entre risas y aplausos de los asistentes.

Goñi bromeó, no perdió su sentido del humor en el adiós. Hoy tendrá ocasión, en Anaitasuna, de desplegar sus últimos vuelos tras una vida dedicada a su club del alma.