La selección española de balonmano, vigente subcampeona continental, arranca hoy (20.30 horas, Teledeporte) en Mannheim su andadura en el Europeo de Alemania con una auténtica final ante Croacia, un durísimo encuentro que marcará el camino de los Hispanos –cuya portería estará defendida por el navarro Sergey Hernández– en la competición.

Pese a ser el primer encuentro, un tropiezo ante los balcánicos no sólo obligaría a España a no cometer ni el más mínimo error ante Rumanía y Austria para acceder a la segunda fase, sino a ganar prácticamente todos sus partidos de ahora en adelante para tener opción de pelear por las medallas. Consecuencia de un desafortunado sorteo que situó a los de Jordi Ribera en la misma parte del cuadro que potencias de la talla de Francia y Alemania, con las que los Hispanos podrían enfrentarse en la segunda ronda, además de la ya mencionada Croacia o las pujantes Islandia, Hungría y Serbia.

Para poder doblegar a Croacia, que busca redimirse en este Europeo de su gris actuación en las tres últimas grandes citas internacionales en las que los balcánicos se quedaron fuera de la lucha por las medallas, la clave estará en la defensa.

Una faceta en la que España ha dejado alguna que otra duda, especialmente en el eje de la zaga, donde Jordi Ribera no acaba de dar con la dupla que haga olvidar a la pareja formada por Viran Morros y Gedeón Guardiola, que se quedó fuera de la cita por los escasos minutos de los que goza en su nuevo equipo, el Erlangen alemán.

De entre todas la combinaciones que ha probado el seleccionador español en el eje de la zaga durante la fase de preparación la más fiable parece la conformada por Dani Dujshebaev e Iñaki Peciña, que tendrán que dar un paso adelante ante los balcánicos.

Si por algo destaca Croacia, que ha recurrido a todo un clásico como el técnico Goran Perkovac para tratar de reverdecer viejos laureles, es por la calidad y talento que destilan el trío de centrales que conforman Domagoj Duvnjak, Luka Cindric e Igor Karacic.

Duvnjak, que según asegura el seleccionador croata llega a la cita en un excelente momento de forma, destaca por su poderoso lanzamiento, Cindric por sus eléctricas penetraciones y Karacic sobresale por su capacidad para imaginar pases imposibles. Una visión de juego de la que se beneficia, sobre todo, el joven pivote del Montpellier francés Veron Nacinovic, un gigantón de 204 centímetros de estatura, que no deja de ganar peso en el juego de equipo croata.