ARGENTINA 23

ESPAÑA 26


Argentina (14+9) Carratú; Pizzo (4, 2p), Ayelén García (2), Gavilán (2), Cavo (2), Karsten (8) y Casasola (3) –siete inicial–. También jugaron Rivadeneira, Romero, Bono (1), Urban, Campigi (1), Gandulfo, Rosalez (ps), Dalle Crode y Ojea.

España (14+12) Darly Zoqbi; Mireya González, Echeverría, Alicia Fernández (1), Kaba Gassama (1), Shandy Barbosa (6, 1p) y Jennifer Gutiérrez (7, 2p) –siete inicial–. También jugaron Paula Arcos (7), Lara González, Marta López, Merche Castellanos (ps), Arderius (1), Lysa Tchaptchet (1), So Delgado, Soledad López y María Prieto (2).

Marcador cada cinco minutos 3-1, 5-4, 8-7, 10-9, 12-10, 14-14 (descanso); 14-15, 16-18, 18-20, 20-22, 22-23 y 23-26.

Árbitros Vladimir Jovandic y Marko Sekulic (Serbia). Excluyeron a Mireya González, Paula Arcos y Lysa Tchaptchet (2) por España; y a Gandulfo (2) y Karsten por Argentina.

Pabellón Pabellón de los Deportes de Torrevieja Tavi y Carmona, ante unos 2.000 espectadores.


La selección española de balonmano femenino certificó este viernes su clasificación para los Juegos Olímpicos de París al lograr una trabajada y agónica victoria ante Argentina (23-26) en la segunda jornada del Torneo Preolímpico que se disputa en Torrevieja.

El equipo dirigido por Ambos Martín y en el que juega la pivote navarra Lysa Tchaptchet, que estará por cuarta vez consecutiva en unos Juegos, sentenció su clasificación por la vía rápida y convirtió el compromiso de este domingo ante la temible selección de Países Bajos, su particular bestia negra, en un mero trámite.

Las Guerreras respondieron de forma inmediata a la decepción del pasado Mundial y en apenas una semana han logrado la clasificación para el próximo Europeo y para los Juegos.

España, que selló medio billete a París con la vital victoria ante la República Checa el jueves, certificó de forma definitiva el visado con una elaborada victoria ante una Argentina orgullosa y competitiva que sólo dobló la rodilla a un minuto del final.

Si en la primera jornada España brilló por su ataque, ante Argentina ganó el partido gracias a su defensa y a la enorme actuación ofensiva de Jennifer Gutiérrez.

Argentina clonó ante España el buen arranque de partido que ya protagonizó ante Países Bajos. Sin nada que perder, el combinado de Eduardo Gallardo aprovechó la presión de su rival para jugar un balonmano alegre y dinámico que sorprendió a las españolas.

La alegría de las jugadoras de la selección tras sellar su clasificación. Manuel Lorenzo

Las Guerreras no estuvieron finas ni en ataque ni en defensa, lo que permitió al conjunto sudamericano tomar el mando del partido y del marcador.

España logró neutralizar un 1-3 inicial para igualar el partido 4-4, pero fue un espejismo, porque Argentina, con Karten como ejecutora siguió llevando la iniciativa.

Con 11-9 en el marcador, el seleccionador español, Ambros Martin, pidió un tiempo muerto (minuto 20) para descomprimir a su equipo, excesivamente atenazado y en el que sólo Paula Arcos se acercaba a su verdadero nivel.

España siguió cometiendo errores en ataque, pero al menos logró despertar en  defensa de la mano de una Lara González gigantesca, lo que le permitió estabilizar la desventaja.

En el tramo final de la primera parte, la aparición en escena de Merche Castellanos nubló las ideas a Argentina, lo que aprovechó Shandy Barbosa para enlazar varias jugadas de ataque que permitieron a España empatar al final del primer acto.

España regresó del vestuario imprecisa, errando acciones claras de ataque, aunque su implicación defensiva le bastó para lograr su primera ventaja en el partido (14-15, min. 34) ante una Argentina cada vez más agotada.

Una vez por delante, las Guerreras amagaron con romper el partido, pero Gallardo logró frenar la avalancha con un tiempo muerto en el minuto 37 (14-17). Argentina volvió a ajustar el marcador, de nuevo con Karsten al frente de las operaciones en ataque (22-22, min, 52).

España se atascó otra vez en ataque, pero aparecieron al rescate Meche Castellanos, con varias paradas decisivas, y Jennifer Gutiérrez con goles claves, cuando más quemaba la pelota, para sobrevivir y asegurar un triunfo tan sufrido como valioso que vale un billete a París.