HELVETIA ANAITASUNA 30
SERVIGROUP BENIDORM 29
Helvetia Anaitasuna (13+17) Marcos Cancio (portero), Alonso Moreno, (4, 2p), Samu Pereiro (2), Martín Ganuza (2), Aitor García Duo (2), Xavi González (4, 2p) y Marco Moreno (1) –siete inicial–. También jugaron Dani Santamaría (portero), Mikel Redondo, Pablo Itoiz, Aitor Albizu (7), Oleg Kisselev, Pablo Castro (1), Nico Zungri (4) y Julen Elustondo (3).
Servigroup Benidorm (16+13) Witkowski (portero), Vainstein (4), Zhukov (1), De Angelis (2), Hugo Vila (4), Durovic y Bandeira (5) –siete inicial–. También jugaron Sempere (2), Nacho Valles (9, 3p) y David Roca (2).
Marcador cada cinco minutos 3-1, 3-3, 5-6, 7-11, 9-14, 13-16 (descanso); 15-20, 19-22, 22-23, 25-26, 28-27 y 30-29 (final).
Árbitros Jesús Escudero Santiuste y Jorge Escudero Santiuste (Cantabria). Excluyeron a los locales Kisselev (2), Redondo y Castro; y a los visitantes Valles, Vila, Sempere y Bandeira.
Pabellón Anaitasuna. 1.043 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por Andrés Rico, el abuelo que fue agredido en Sanxenxo por defender a su nieto árbitro en un partido de cadetes.
Dani Santamaría no supo ni cómo lo hizo. Pero el caso es que sus providenciales manos impidieron este domingo en el último suspiro un gol de David Roca que hubiese supuesto un insuficiente y amargo empate en casa ante el Benidorm, rival directo por la salvación. Pero esa no fue la historia. La realidad es que esa intervención del portero de Ciudad Real supuso el triunfo para el Helvetia Anaitasuna (30-29) y dos puntos claves de cara a la permanencia en la categoría, que fueron gestándose poco a poco y a contracorriente. Frente a un marcador adverso que llegó a reflejar hasta seis goles de desventaja. El ánimo de un equipo que supo mirar de frente al miedo, empujado por más de mil almas que no abandonaron a los suyos, posibilitó la remontada y la victoria del conjunto de Quique Domínguez, tan necesaria como urgente.
Ambos equipos llegaban a la cita con 10 exiguos puntos. Anaita, además, con la losa del descenso, que gracias a este triunfo pudo abandonar. Era inevitable que en la pista hubiese nervios, tensión, ansiedad, miedo... Pero Quique Domínguez, en la charla previa a este trascendental duelo, parece que supo transmitir a sus jugadores la importancia de ser valientes y utilizar el miedo para competir. Inoculó una lección a aprender respecto al último duelo en casa frente al Guadalajara y es el hecho de que los errores se iban a cometer, inevitables en un deporte así, pero que había que convivir con ellos, gestionarlos mejor y que, cuando apareciesen, fuese por intentar hacer bien las cosas.
Así fue. El Helvetia Anaitasuna cometió sus fallos, sus imprecisiones, ante un rival que también se jugaba la vida y que contó con una baza que destrozó por momentos la confianza y la portería navarras: Nacho Valles. Central al que nadie descubre a estas alturas de la historia, pero que con su dirección, sus goles en apoyo por bajo y sus pases al pivote lideró a un Benidorm que todavía no ha puntuado este año.
Junto a Nacho Valles, un Joao Bandeira, recién incorporado del Benfica, que con sus tantos iniciales mantenía a los suyos a flote. El partido se jugaba lento, a un ritmo que no gusta demasiado a Anaitasuna, acostumbrado a una mayor alegría y velocidad. Los navarros no aprovechaban las superioridades de las que gozaban y mientras Benidorm, mejor asentado defensivamente, tiraba de Nacho Valles para ir haciendo daño en el marcador. Así, se llegó a colocar 7-13 (m.22) con un gol de Bandeira a la contra, mientras que los navarros acumulaban algunos errores, incluso desde los 7 metros, que no les permitían avanzar.
Impulso antes del descanso
Con todo, un arreón final en los últimos cinco minutos antes del descanso, pese a sufrir incluso una doble exclusión de Kisselev y Redondo, permitió al Helvetia meterse en el partido e irse 13-16 a los vestuarios.
Los de Quique Domínguez, de primeras, no supieron mantener ese espíritu en la reanudación. Aitor García Duo se estrellaba contra Witkowski desde los seis metros y no sería el único de Anaitasuna que probaría al portero polaco desde esa distancia. Los locales mantenían el pulso con Zungri, Elustondo y Alonso Moreno en el ataque, pero Nacho Valles no aflojaba y seguía siendo la pesadilla de la zaga navarra.
El Helvetia recibía el aliento constante desde la grada y esa confianza se trasladó a una pista donde poco a poco, con una mayor solidez defensiva, el equipo de Quique Domínguez comenzó a minar la brecha, obligando a Sergio Carballeira a atacar con siete.
Aitor Albizu, sin miedo
Dani Santamaría se iba acostumbrando a las virguerías de Nacho Valles y se interponía en sus lanzamientos. Aitor Albizu, muy seguro, se atrevía a abrir huecos en la defensa alicantina, poniendo un milagroso 26-26 a falta de diez minutos.
Aitor García Duo aprovechó para poner por delante a los suyos gracias a la falta en ataque del Benidorm y, aunque Nacho Valles no perdonaba, Xavi González desde los siete metros ayudaba a los navarros. El técnico rival pidió tiempo muerto, pero no pudo evitar que Elustondo ampliase a dos la renta (30-28, m.58). Demasiados nervios, demasiada tensión, sobre todo cuando Vainstein redujo al 30-29 en el último minuto. Fue Domínguez quien paró el tiempo entonces y, aunque Benidorm pudo recuperar el balón tras el pasivo local, ahí estaba Dani Santamaría para completar lo que había sido una remontada coral entre los jugadores y la grada. Con su afición, el Helvetia celebró dos puntos que pueden valer media salvación.
Quique Domínguez: "Es un gusto muy grande jugar con la grada así"
El entrenador del Helvetia Anaitasuna, Quique Domínguez, antes de sentarse a firmar pósteres con el resto de la plantilla tras el encuentro, se mostró “muy contento” por el vital triunfo y valoró sobremanera el apoyo de la afición. “Es un gusto muy grande jugar con el pabellón así. Nuestra gente nos ha empujado mucho y ha sido determinante. El partido podía haber terminado en derrota, en empate o en victoria, pero se juega de otra manera así”. Tocó sufrir para ganar al Benidorm, si bien “todo el sufrimiento y toda la dificultad, que ha sido mucha, y todo lo que hemos tenido que remontar se da por bien empleado”. Asimismo, aseguró que una de las claves fue mantener más la tranquilidad. “En relación al último partido hemos estado con más calma y esos momentos de errores y de frustración los hemos gestionado mejor”. “Es verdad que ellos juegan muy bien al balonmano y tienen un jugador que marca de una manera extraordinaria el ritmo (Valles)”, analizó. “Le damos mucho valor a este triunfo”, acabó por sentenciar el técnico gallego.
El próximo encuentro de los navarros también será en casa y también en domingo. El día 9 de marzo, a las 12.30 horas, recibirán a un Rebi Cuenca en ascenso.