A finales del mes de mayo, las jugadoras y el cuerpo técnico del Primera Nacional femenino de Anaitasuna celebraban por todo lo alto el ascenso a la División de Honor Plata -la tercera categoría del balonmano estatal- en la localidad barcelonesa de Sant Antoni de Vilamajor, después de una sensacional fase con pleno de victorias. Pero este éxito deportivo se ha chocado de cruces con la realidad económica que atraviesa la entidad pamplonesa que, este mismo viernes, ha confirmado que renuncia a competir en la Plata por la "imposibilidad de asumir el coste estructural y económico" que conlleva.
El hecho de jugar en la División de Honor Plata femenina, que cuenta actualmente con el Beti Onak y el BM Loyola como representantes navarros, supone un incremento, entre otros gastos, de los desplazamientos fuera de Navarra, ya que los rivales del Grupo B -donde están encuadrados los clubes forales- son principalmente de comunidades limítrofes. Desde Anaitasuna se reconoce que el ascenso a este escalón del balonmano "es una recompensa merecida al trabajo y al esfuerzo de las jugadoras", pero apuntilla que debe "venir acompañado de un soporte económico y organizativo sólido que garantice los compromisos económicos previamente adquiridos por el club, sin poner en riesgo su estabilidad presente ni futura".
De esta forma, el equipo navarro continuará compitiendo en la Primera Nacional femenina -categoría dependiente en este caso de la Federación Navarra de Balonmano-. Anaitasuna explica, además, que la "evolución de las jugadoras" de este grupo "no se verá afectada" al poder continuar en la misma competición o, en algunos casos, "formar parte del primer equipo", el Wise Anaitasuna, que seguirá en la División de Honor Oro -la segunda categoría-. "Desde el club se seguirá trabajando en el progreso del balonmano femenino, siempre de forma responsable, estable y sostenible", concluye.