En cuestión de higiene personal, ¿baño o ducha?, esa es la cuestión. Ambas modalidades de aseo son igualmente válidas, cada una de ellas con sus pros y sus contras, pero decantarnos por una u otra va a depender en gran medida del clima del lugar donde vivimos, de nuestro ritmo de vida o de los hábitos personales de cada uno.

Sin duda, la opción más rápida es la ducha, bien a primera hora de la mañana para despejarte o a última hora de la tarde para dormir más relajado. En una noche de verano de esas en las que los termómetros siguen disparados, una ducha tibia bajará tu temperatura corporal y te ayudará a sobrellevar mejor el calor sofocante en la cama.

Si dispones del tiempo suficiente, un baño con agua caliente, sales de baño y mucha espuma, además de un acto de higiene, es un auténtico placer.

Tanto en la ducha como en el baño, lo más recomendable es que la temperatura del agua oscile entre los 25 y los 35 grados, mejor utilizar un gel de pH neutro y a poder ser prescindir de la esponja, ya que tus manos pueden realizar la misma función.

Una mujer se aclara el cuerpo y el pelo en la ducha. Freepik

Pros y contras de ducha y baño

Ambas formas de aseo, ducha y baño, tienen argumentos a favor y en contra y algunos de ellos son:

- La ducha requiere un menor consumo de agua ya que el tiempo medio de permanencia bajo el chorro es de entre siete y diez minutos y además podemos cerrar el grifo mientras nos enjabonamos. En cuanto a la bañera, esta cuesta llenarse alrededor de 20 minutos.

- El cuerpo queda más limpio con la ducha, puesto que permite una mejor distribución del agua y del jabón por todo el cuerpo y un completo aclarado. Además, de esta forma el cuerpo se puede asear más a fondo.

- Una ducha caliente por la mañana nos estimula debido al contraste entre la temperatura del cuerpo y el ambiente relativamente frío del baño.

- La ducha es un sistema más limpio que el baño ya que el agua está continuamente corriendo en vez de quedarse estancada como en la bañera. Los hongos encuentran un hábitat ideal en las cortinas de las bañeras mixtas. Para evitar que se conviertan en un foco de infección, al bañarnos debemos colocarlas siempre por fuera.

- La ducha diaria puede resultar agresiva para el manto lipídico de la piel, esa especie de capa grasa que actúa como barrera natural frente a agresiones e infecciones. El uso frecuente de jabón puede dañarlo, pero podemos evitarlo utilizando geles suaves y con pH neutro y aplicando posteriormente una crema hidratante.

- La ducha permite regular mejor la temperatura del agua ya que, con el paso de los minutos, en la bañera esta se va quedando fría.

Una mujer se da un relajante baño de espuma. Freepik

- Para las personas con la piel seca es más recomendable ducharse que bañarse puesto que estar mucho tiempo a remojo puede terminar causando deshidratación en la piel.

- El baño hace posible una mayor relajación muscular con lo que alivia el dolor de músculos y articulaciones, permite una mejor exfoliación de la piel y la estimulación de los sistemas circulatorio, linfático y nervioso. Abre las vías respiratorias, dilata los poros, elimina toxinas y favorece la penetración de cremas y sérums en las capas más profundas de la piel.

- El baño es ideal para regular la temperatura corporal con agua fresca en verano y con agua caliente en invierno. En este último caso, ten cuidado y sal de la bañera despacio ya que el agua caliente baja la presión arterial y podrías marearte.

En definitiva, tanto la ducha como el baño son dos buenas opciones. Sin embargo, siempre habrá una que te resultará más adecuada que otra según el momento. Para la higiene diaria, lo más práctico y rápido es la ducha, mientras que si lo que buscas es relajarte u obtener otro tipo de beneficios, el baño será la mejor elección.