En nuestra actividad diaria estamos a menudo expuestos a sufrir pequeños accidentes domésticos que, aunque no requerirán una atención médica especializada, sí que habrá que prestarles un primer auxilio. Ante percances como un corte, una quemadura, un golpe o una caída en casa, o ante posibles molestias leves (dolor de cabeza, de estómago, muscular...), será necesario echar mano de los instrumentos sanitarios y de las medicinas que harán que nos sintamos aliviados.

En esos momentos en los que buscamos con relativa urgencia una tirita, una gasa o un termómetro, lo principal es saber dónde podemos encontrarlos. Por eso es imprescindible que en todas las casas haya un botiquín cuya ubicación sea conocida por todos los habitantes y que contenga todos los elementos básicos para prestar esos primeros auxilios. Para ello, debemos utilizar una caja hermética, espaciosa y limpia que nos permita encontrar con rapidez lo que necesitamos. 

El botiquín debe guardarse en un lugar fresco, seco y de fácil acceso de la casa, pero que a la vez resulte inaccesible para los niños pequeños. Debe garantizar al máximo la higiene y la esterilidad de todos los elementos y productos que contiene.  

Diez de estos elementos sanitarios que no pueden faltar en cualquier botiquín para proporcionar los primeros auxilios son:

1- Suero fisiológico. Se trata de una solución salina que actúa como antiséptico para limpiar en un primer momento las heridas y evitar infecciones, es decir, que los gérmenes entren en nuestro organismo a través de la herida. Sirve también para realizar lavados oculares o nasales.

2- Clorhexidina o povidona yodada. Son los dos antisépticos más utilizados, pero el efecto de la clorhexidina dura unas seis horas, el doble que el de la povidona. La clorhexidina, además, al ser transparente permite ver mejor la evolución de la herida. 

3- Termómetro. En el caso de que haya fiebre, es muy útil conocer su intensidad para valorar la gravedad de la misma y saber cómo actuar. Los termómetros electrónicos y los de infrarrojos son los más utilizados, mientras que los de mercurio están cada vez más en desuso por su toxicidad. Si se rompe, el mercurio líquido a temperatura ambiente es volátil y forma vapor de mercurio que puede resultar tóxico al absorberse por inhalación. 

Un hombre mira la temperatura que marca el termómetro. Freepik

4- Esparadrapo. Es un adhesivo, de tela o de plástico, que se utiliza para fijar las vendas y los apósitos.

5- Tijeras y pinzas. Las pinzas son muy útiles para extraer cuerpos extraños del organismo y las tijeras suelen ser de metal, curvas y de punta ancha y redondeada para reducir el contacto con la piel cuando se cortan vendajes, esparadrapos, etc. 

6- Gasas estériles y tiritas. Las gasas se utilizan para ejercer compresión y ayudar a detener sangrados, proteger heridas o lesiones, absorber líquidos y secreciones, así como cubrir y proteger las heridas una vez que están limpias. Las tiritas, por su parte, protegen pequeñas heridas frente a la suciedad para evitar infecciones.

7- Vendas. Son tiras de lienzo que pueden ser de diferentes tamaños y calidades. Se usan en caso de heridas, hemorragias, fracturas, esguinces y luxaciones para sujetar apósitos, fijar entablillados y articulaciones. 

Una mujer con la mano vendada tras sufrir un pequeño percance. Freepik

8- Bolsa de frío y calor. Son muy útiles para aliviar el dolor de una lesión, como antiinflamatorio y relajante muscular. Lo ideal es comprar un dos en uno que nos hará la doble función, ocupará menos espacio y nos saldrá más barato.

9- Pomadas y cremas. Las más habituales son las reparadoras, para tratar arañazos, pequeños cortes o quemaduras domésticas; las calmantes, para picotazos o quemaduras solares; y las protectoras, para garantizar la firmeza, hidratación y flexibilidad de la piel. 

10- Medicamentos. Cruz Roja recomienda separarlos del resto de elementos sanitarios, pero en cualquier caso hay ciertas medicinas que siempre debemos tener a mano. Entre estas destacan los analgésicos, para dolor, inflamación o fiebre; los antihistamínicos, para personas con alergia; los antigripales, para gripe, tos y congestión nasal, o los antidiarréicos para evitar la deshidratación.

También es recomendable que el botiquín sea fácil de transportar o en su defecto deberemos hacernos con un botiquín portátil para cuando nos vayamos de vacaciones o de excursión. Es importante adaptar este a las necesidades del momento o a la actividad concreta que vayamos a realizar en una salida determinada. Este contenedor debe proteger perfectamente el material sanitario de la luz y del calor. Se pueden encontrar bolsas específicas, con cierres de cremallera o velcro, en farmacias y tiendas de deportes.