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Tour de Flandes: Valverde se estrena en la batalla por la supervivencia

Tour de Flandes: Valverde se estrena en la batalla por la supervivenciaD.N.

Todas las clásicas tienen algo especial, pero ésta lo tiene todo. Tengo especial cariño por estas carreras del pavés, podría decir que me siento un privilegiado ya que las he podido vivir de diferentes formas. Como masajista del equipo profesional Caisse d´Epargne, como espectador a los pies del punto más emblemático, Muur Kapelmuur, y también como cicloturista realizando todo el recorrido de la carrera con mi buen amigo Iñigo Labat.

A pesar de ser la carrera más bella en todos los sentidos, no es mi preferida, hay otra que me gusta y me seduce más todavía, que no es tan bonita como Flandes, pero me impactó bastante más por la agresividad de su recorrido y su desgaste físico. No puede ser otra que la Paris Roubaix, prueba que por cierto en una semana volveré a estar corriendo en la versión cicloturista con todos sus tramos de adoquín.

Antes la palabra pavés despertaba pesadillas entre los corredores que iban a correr las clásicas del norte, pero hoy en día pocos ciclistas son los que no quieren correr este tipo de carreras. Sentir el pavés y todo lo que conlleva es algo único y especial, por ello el Campeón del Mundo Alejandro Valverde este año quiere disputarla.

El Tour de Flandes, oficialmente De Ronde van Vlaanderen, es una clásica vertiginosa que se disputa en la región belga. Se celebra siempre el primer domingo de abril con sus 267 kilómetros y sus duros muros de pavés, es una de las pruebas más esperadas del año para los amantes de las clásicas. Las característica principal del recorrido sin duda son sus muros de pavés, muros cortos, pero que encierran ciertas trampas con rampas de hasta el 20%, y si a esto le sumamos que en vez de asfalto son adoquines, el resultado es demoledor para las piernas.

Gracias a que se disputa esta carrera y a la repercusión social que tiene están consiguiendo que estos muros de adoquín se mantengan como parte de la historia, ya que cada vez se estaban asfaltando más tramos de pavés, cosa que a día de hoy estos tramos son y serán leyenda viva de ciclismo.

La carrera empezará con excesivo nerviosismo como en cada edición. La primera parte es muy rápida. Hasta que se hace la fuga han podido pasar 60 kilómetros, así que un poco de respiro y vuelta a empezar. Los primeros muros son Lippehhovenstraat y Paddestraat, de dificultad leve, pero al ser los primeros tramos de pavés el nerviosismo para entrar bien posicionado hace estragos antes de llegar al primer paso por Oude Kwaremont, de 2 kilómetros pero de adoquín. 1600 metros al 4% de media y algún tramo al 11% de máxima. Este paso se realizará dos veces más a lo largo de la carrera.

A partir de este punto vienen casi todos los tramos muy seguidos. Kortekeer, Eikenberg, Wolvenberg, Ruiterstraat, Kerkgate, Holleweg, Molenberg de 500 metros al 9.8% de media y 14% de máxima, Paddestraat, de 2300 metros al 13% de media y 20% de máxima. Estos dos últimos empiezan hacer criba en el pelotón. De esta mitad de carrera hasta el final solo empiezan a aguantar los corredores más poderosos. Este es siempre un momento de selección y de mirar quién aguanta en el grupo. Depende cómo vaya la carrera, el paso por el avituallamiento puede ser un infierno por el ritmo elevado. Aquí es realmente donde empieza la lucha de verdad con el segundo paso por Oude Kwaremont y Paterberg, kilómetro 200 de carrera.

Estos tramos de adoquín son como una autentica losa. Los ataques de los más 'suicidas' suelen ser en este momento de carrera con los pasos Koppenberg, Mariaborrestraat, Steenbeekdries y Taaienberg. Estos corredores saben que es su momento antes de morir en los últimos tres muros donde se decide la carrera entre los expertos clasicómanos del pavés.

En Flandes nunca sabes dónde se puede ganar la carrera, pero si dónde perderla. En gastar energía extra en querer brillar antes del paso por Kruisberg, de 2500 metros al 6% de media y 9.8% de máxima, y los seguidos Oude Kwaremont de 2.2kilómetros al 4% de media, con tramos del 11% máxima y Paterberg con sus escasos 360 metros al 13% de media y tramos al 20% de máxima.

Las grandes clásicas siempre son para corredores poderosos, y en esta edición van a estar los mejores clasicómanos del pelotón internacional, incluido nuestro Alejandro Valverde. Veremos de qué es capaz el ganador del arcoíris, pero seguramente nos haga vibrar en el sofá estando en los puestos de cabeza. El vigente campeón Niki Terpstra también es uno de los candidatos al triunfo, junto con estos rivales que no se lo van a poner nada pero que nada fácil: Yves Lampaert, Peter Sagan, Philippe Gilbert, Zdenek Stybar, Greg Van Avermaet, Gianni Moscon, Boassonn Hagen, Benoot y Mathieu Van Der Poel.