Después de asistir a la chufa de que tres ciclistas de la misma escuadra deportiva copen el podio de la Vuelta, salta la noticia de que ese mismo equipo, el Jumbo-Visma, se va a fusionar con el Soudal Quick Step Soudal de Evenepoel, que es algo así como si en Europa se fusionaran Manchester City y Bayern de Múnich. Vale que en el ciclismo profesional son inviables un tope de gasto o un límite salarial, pero es que aquí –y es broma, pero no del todo– tendría que entrar la Comisión Europea –que es donde se disputan las tres grandes vueltas y la mayor parte de carreras míticas– y aplicar sus normas antimonopolio para evitar esa hegemonía absoluta en el mercado del ciclismo que no se admite en ningún otro ámbito económico europeo. Se están poniendo las bases para acabar con la salsa del ciclismo, que es la de grandes líderes de distintos equipos luchando por la victoria. Mal asunto.