Lección de Javier Ibañez

La carrera, con siete subidas a Altamira, se decidió en la segunda vuelta, cuando un grupo de unos 25 corredores se escapó del pelotón, con gran protagonismo de Caja Rural y Laboral Kutxa. Se mantuvo compacto buena parte de la carrera, hasta que en el penúltimo ascenso a Altamira se rompió el grupo y el alavés consiguió abrir una brecha entre Aitor Agirre, de Laboral Kutxa, y su compañero Iker Pérez, que cruzaron la meta 45 segundos después.

“Tenía muchas ganas de ganar en casa. Iba muy fuerte y he ido a tope. Mis compañeros, que iban detrás, han hecho un gran trabajo cerrando los huecos. Hemos jugado nuestras cartas”, contaba este ciclista de Vitoria de 22 años que venía ganar el día anterior Oñati Proba del Torneo Lehendakari. La próxima temporada saltará al campo profesional con el primer equipo de Caja Rural-RGA.

En la salida se guardó un minuto de silencio por Manolo Azcona. Nerea Mazkiaran

El premio de montaña fue para Iñaki Trujillo, que coronó cinco de las seis subidas a Altamira puntuables y el de equipos para Caja Rural-Alea.

Esta 95ª edición trajo cambios. El principal fue que se suprimió una subida a Altamira, después de que la anterior edición se pasara de 6 a 8 tras eliminar las dos subidas a Ameztia para reducir el número de voluntarios. Y es que organizar esta carrera exige un gran despliegue, sobre todo humano. Por ello, Félix Mazkiaran, director de la prueba, no se cansaba de dar las gracias a las personas voluntarias que la hacen posible, unas 70, tanto con sus banderines en los cruces como en los coches con los jueces. “Tras la experiencia del pasado año, se vio que en las dos últimas subidas a Altamira andaban prietos”, apuntó Mazkiaran. A diferencia de otras ediciones y al igual que el resto de las citas aavarras élite y sub-23, no era puntuable para el Torneo Euskaldun. Era la última prueba de la Copa Navarra, que fue para Pablo Ara, de Telcom.