Después de tres días en Albania, el Giro llega al sur de su territorio natural con el danés Mads Pedersen con la maglia rosa, Primoz Roglic al frente del cuadro de favoritos, el español Juan Ayuso a 16 segundos del esloveno y Mikel Landa fuera de combate por la seria caída de la primera etapa. El estreno albanés no fue ningún trámite para el pelotón del Giro. Una crono y dos jornadas con dificultades removieron la general desde el inicio. Pedersen aprovechó las oportunidades para ganar dos etapas y llegar de rosa a Alberobello, ciudad vecina a Bari, en Apulia. Por su parte, Roglic confirmó su estado de forma y su condición de favorito.

Es el líder real del Giro y ya ha establecido algunas diferencias que, sin ser definitivas, son significativas. Vistió de rosa un día, pero enseguida la colocó en las espaldas de Pedersen para evitar el desgaste diario de portar esa prenda. La semana prevé oportunidades para todos, especialmente para los esprinters, aunque tendrán que aparecer los favoritos en el primer final en alto del viernes en Tagliacozzo o en algunas etapas onduladas que se prestan a las aventuras.

El domingo, camino de Siena, las pistas de tierra blanca ofrecen 30 km para los clasicómanos. Para empezar, este martes entre Alberobello y Lecce 187 km con un esprint ya escrito en el guión. El miércoles en la meta de Matera se podría repetir un desenlace por velocidad, pero tal vez en grupo restringido, pues el final es muy ondulado y ascendente. Nápòles recibe la sexta etapa, larga, de 210 km, propicia para los velocistas, justo la víspera del primer final en alto en Tagliacozzo, en los Apeninos. Jornada con ascenso final de 11,9 km al 5,6 por ciento, los últimos 3 por encima del 10 por ciento de desnivel.