La decepción atravesó el organismo de Tadej Pogacar el pasado domingo. Sobrepasado en la crono por Remco Evenepoel en el muro adoquinado, el esloveno tuvo que masticar bilis.

“Es difícil de digerir, sin duda”, dijo ese día. No tanto por la derrota en una especialidad en la que el belga es tres veces campeón del Mundo como por la forma en la que sucedió.

El esloveno mágico, el astro de este tiempo, fue doblado por el muchacho maravilla en una escena que quedará impresa en la memoria colectiva.

El recorrido, duro, era una invitación para que Pogacar buscará la victoria, pero la realidad le sometió con saña. Perdió el podio por apenas un segundo.

Además del estratosférico Evenepoel, Jay Vine, colega suyo en el UAE, e Ilan van Wilder, compatriota de Remco, le batieron.

Su puesta en escena estuvo muy alejada de lo que se esperaba de la gran luminaria del ciclismo.

“He disfrutado entrenando aquí estos últimos días y ahora tengo muchas ganas de que llegue la carrera en ruta”, afirmó tras caer en la crono. Pogacar tenía la mente puesta en el futuro. Otra vez pensando en una nueva conquista.

Revalidar el título

El domingo espera a Pogacar la gran reválida, el Mundial de ruta, después de las dudas que brotaron tras su rendimiento en la cita con el reloj.

El escaparate es otro, pero el esloveno necesita reivindicar su nombre en un Mundial que parece tallado y perfilado para sus características.

En Zúrich ofreció una exhibición museística, solo y al comando durante 100 kilómetros para vestirse con el arcoíris tras una actuación hiperbólica, difícilmente aceptable desde el sentido común.

Sucede que en Pogacar nada encaja sobre patrones conocidos o en la norma. El esloveno es un suceso, un fenómeno indescriptible. Acude el actual campeón del Mundo a la cita del domingo con el objetivo de revalidar el cetro obtenido en Suiza.

Quiere la misma foto en Kigali, donde aguarda un recorrido tremendamente exigente que cuenta con 267,5 kilómetros y más de 5.400 metros de desnivel positivo. 

El de Ruanda es el trazado más duro de la serie de los Mundiales de los últimos años y uno de los más extenuantes de siempre si se atiende a su orografía.

Será un constante sube y baja, de punta a punta, en el que se ascenderán dos cotas de forma sucesiva infinidad de veces: la Cote de Kigali Golf (800 m al 8,1% de promedio) y la conocida Côte de Kimihurura, con sus 1,3 km empedrados al 6,1% de media.

La ascensión más exigente tendrá lugar fuera del circuito, un Monte Kigali (6 km al 6,9% de media) que a casi 100 km de meta se antoja como uno de los puntos calientes del Mundial de ruta.

Nadie descarta otra de las benditas locuras de Pogacar en ese terreno. Lanzarse hacia la gloria desde larguísima distancia, como sucedió en Zúrich.

Duelo con Evenepoel

El del Mundial de Kigali se presupone un terreno ideal para un ciclista que todo lo puede y que este curso está demostrando una superioridad insultante. Además, el esloveno acude a la cita con una selección, la de Eslovenia, muy poderosa.

Primoz Roglic puede ser la bala en la recámara en caso de que Pogacar le pierda la cara a la carrera, una situación que no parece atender a su estatus y a su dominio.

La intimidante figura del esloveno está por encima del resto. Entre su oposición destaca la de Remco Evenepoel, con el viento a favor tras su demostración de fuerza en la crono.

El belga fue campeón del Mundo en 2022, en Wollongong, Australia. Sin embargo, la dureza extrema del trazado africano, repleto de cotas, favorece al ciclismo de ataque y rompe y rasga de Pogacar.

Otros rivales

Si bien el favoritismo claro alumbra la candidatura de Pogacar, otros corredores tratarán de resquebrajar el pedestal en el que se asienta el gobierno del esloveno en una carrera de supervivencia por la distancia y la dureza del circuito, cuestión que ha descartado a numerosos ciclistas.

Richard Carapaz, Isaac del Toro, Tom Pidcock, Jay Vine, Julian Alaphilippe, Mattias Skjelmose, Ben Healy, Giulio Pellizzari, Quinn Simmons, Thymen Arensman, Tom Skujins, Marc Hirschi y Oscar Onley son los principales rivales del esloveno.

Juan Ayuso, que tiene la intención de pelear por el arcoíris, es otro de los hombres que buscarán el trono de Pogacar. El retorno del rey espera en Kigali.