Continúa Remco Evenepoel su vuelo rasante cuando se trata de medirse al crono. Nadie como él, maquinaría perfectamente engranada la suya.
Si en Kigali fue celebrado por doblar a Tadej Pogacar, en Francia fue festejado por doblar a Stefan Küng, un gran especialista. Quedó retratado el suizo, impotente frente a la bola de cañón que es el belga.
Arcoíris en Ruanda, conquistador del Europeo de crono. Su capacidad para sobresalir en las cronos le sitúa entre los mejores contrarrelojistas de la historia.
En África obtuvo su tercer oro y en Francia se subió a lo más alto del podio tras completar otra portentosa exhibición en un recorrido de 24 kilómetros entre Loriol-sur-Drôme y Étoile-sur-Rhône en el que fue capaz de domesticar a Filippo Ganna, recordman de la hora, y Niklas Larsen.
El campeón olímpico de crono, dorado el casco, aurea la bici, maillot arcoíris de estreno, ondeó su superioridad. Agitó la bandera de su jerarquía con una victoria inapelable. Rodó a 50,6 kilómetros por hora de media para fijar una marca de 28:26
Plegado sobre sí mismo, potente y enérgico, Evenepoel destrozó al resto sin miramientos. Otro golpe de autoridad el suyo, imbatible en la crono.
Ganna, un hombre nacido para dominar la especialidad, es ahora sometido por Evenepoel, una delicia aerodinámica y un sublime competidor cuando se trata de pedalear a solas contra el reloj, juez insobornable.
Evenepoel demostró que no tiene rival cuando se trata de enfrentarse al examen del reloj. Su victoria no dejó ninguna duda. Venció con 43 segundos de renta respecto al italiano y con una ventaja de 1:08 con al danés.
Con su laurel en el Europeo, Evenepoel cierra el círculo perfecto. Campeón de su país, de Europa y del Mundo. Evenepoel luce el reloj de oro.