madrid - La última edición del programa culinario de TVE culminó su emisión el miércoles con la proclamación de la aspirante mallorquina de 31 años, Vicky Pulgarín, como ganadora del concurso televisivo.
Después de conquistar a un jurado excepcional en el que participaron dos de los tres hermanos Roca, la concursante que más ha criticado las técnicas de la alta cocina se alzó con un premio en metálico de 100.000 euros, la oportunidad de publicar su propio libro de recetas y la posibilidad de estudiar en uno de los prestigiosos programas de formación de la academia culinaria Le Cordon Bleu. Conocida en el programa como Vicky, esta carnicera en paro se alzó como la nueva MasterChef de España y lo hizo en una final en la que se impuso al benjamín del concurso, Mateo Sierra, con platos en los que incluso se atrevió a emular la cocina creativa de Jordi Roca, considerado mejor pastelero del mundo por la revista británica Restaurant y que trabaja junto a sus hermanos Joan y Josep en El Celler de Can Roca (Girona), con tres estrellas Michelín. El jurado del programa, formado por Jordi Cruz, Pepe Martínez Rey y Samantha Vallejo-Nájera, coincidió con los hermanos Roca en el dictamen. Si de algo le ha servido a Vicky Pulgarín su paso por MasterChef, aparte de para pulir sus técnicas culinarias, es para apreciar la cocina de vanguardia. La vencedora de esta segunda edición sueña ahora con abrir su propio restaurante consagrado a este tipo de creaciones. Tiene claro que invertirá los 100.000 euros del premio en ello y también que será en Mallorca porque es “muy isleña”, aunque también reconoció que no era tarea fácil. “Me gustaría que fuera de cocina de vanguardia, pero es muy difícil porque necesitas muchísimo dinero, un equipo grande que no sé si podré conseguir y un guía que no sé si tendré. Así que primero será tradicional, pero si tuviera la oportunidad iría a por la vanguardia a muerte”, aseguró ayer Vicky Pulgarín. Sorprende este cambio en la concursante que más ha criticado las técnicas de la alta cocina en el programa de La 1 de TVE. “Es que he aprendido a hacer de todo y me ha acabado gustando, al final me ha encantado”, explicó la ganadora de Masterchef. Tanto que Vicky, que nunca ha comido en un restaurante con estrellas Michelín, tiene ahora “muchísimas ganas de ir a todos”, empezando por los de los miembros del jurado Pepe Rodríguez Rey (El Bohío) y Jordi Cruz (ABaC). “Ahora con el premio me pagaré un homenaje”, aseguró.
degustación Su momento más feliz en el programa fue cuando recibió la cuchara que la convertía en una de las 15 concursantes de entre 9.000 aspirantes presentados al cásting. Y cuando ganó gracias a un menú formado por espárragos con vinagreta de mostaza, con unas sorprendentes escenificaciones de alcaparras, y raya con mantequilla de tomate y arroz negro de algas, en la que incluyó una flor de ajo. Fue un guiño al despiste que tuvo en un programa anterior al incluirla en un postre y que le costó un enfrentamiento subido de tono con el jurado. El postre que cerró su propuesta ganadora, mousse de aguacate con queso quark, pistachos y miel, es el plato del que más orgullosa se siente tras 14 semanas de concurso. “Me lo inventé yo, lo hice a ojo -reconoció al presentarlo- y estaba bueno”, confesó la ganadora.
Por otra parte, Masterchef arrancó la temporada con una cuota media de pantalla del 8,6%, llegando a alcanzar picos por encima del 35%. Consiguió 3,2 millones de espectadores y una cuota media del 18,5%. Y en la emisión ininterrumpida de la final del miércoles, desde las 22.30 horas a las 1.30 horas, final y debate posterior, MasterChef reunió más de tres millones de espectadores frente al televisor (un 25% de cuota de pantalla). La audiencia respaldó un programa blanco, de los que nadie se avergüenza - D.N.