“Entiéndeme Jorge Javier; no es que me alegre de que Cámbiame Premium caiga. Lo que pasa es que tengo la esperanza de que algún día cambies de registro. Por lo demás, por aquí bien. Hemos comenzado de nuevo la columna de televisión que casi nunca lees y que muchas veces os dedico pensando en que, tanto a ti como a Vasile, alguna vez os vendría bien tener en cuenta. Como estarías ocupado, quiero comentarte que fue un éxito el partido de la selección de fútbol contra Macedonia (no estoy muy seguro de dónde está este país). Lo cierto es que la audiencia fue casi del 26%. Ya ves Jorge Javier: salvo vuestra bajada, las cosas no han cambiado nada durante el verano en la televisión. El partido de baloncesto sí que fue emocionante. Jugaba también la selección, lo hacía contra Italia y lo echaron en Cuatro. Les cosieron a triples y finalmente perdieron. La audiencia no les hizo mucho caso, eso sí, un poco más que a vosotros. Y tras el fútbol, los que sí tuvieron un gran estreno fueron Olmos y Robles, una serie policíaca que parece escrita por unos guionistas cachondos. No es que me riera mucho, pero lo pasé bien viendo el papelón de Pepe Viyuela de picoleto. Esta serie ha conseguido lo más difícil, Jorge Javier: ganar en un capítulo la confianza de los espectadores. Seguro que el martes que viene sigue triunfando si mantienen ese peligroso equilibrio entre crimen y comedia. A veces, daba la impresión de que el poli guapo, Rubén Cortada, se iba a echar una carcajada porque no podía soportar ese pose idiota de Viyuela. Pero bueno, Jorge Javier, no quiero molestarte más porque sé que estarás algo enfadado porque vuestras sorpresas al estilo Rafaela Carrá no hayan tenido éxito. Seguro que les dais una vuelta. Puedes llamar si no a Imanol Arias: a la que vende su película Anacleto, agente secreto, le preguntas qué es eso de sus “manos largas”, que según quién te lo cuente significa algo diferente. Bueno, hasta la próxima, Jorge Javier. Tuyo afectísimo”.