PAMPLONA - La quinta temporada de En el punto de mira quiere analizar en profundidad la industria del turismo en España. Durante dos meses, en Cuatro, sus reporteros visitarán las playas de Galicia, Ibiza o Andalucía. Pablo de Miguel, que se ha incorporado al equipo en enero, repasa el modus operandi del programa.

¿Impone incorporarse a un programa con un estilo tan exigente?

-Cuando te lo proponen uno siempre tiene dudas y miedos, pero la verdad es que estoy muy contento de por cómo ha ido la temporada y por la decisión de que cuenten conmigo para esta temporada de verano.

¿Qué cualidades debe tener un reportero de En el punto de mira?

-Tiene que ser un periodista que se cuestione y que le guste cuestionarlo todo, que busque el por qué de las cosas. Y tiene que tener valentía porque ciertos temas son complicados de tratar y hay zonas en las que igual no somos muy bien recibidos. Pero sobre todo hay que tener muchas ganas de meterse 100% en el tema. Cuando recibimos un tema y nos dan el ok para grabarlo, todos nos terminamos implicando. Es una de las claves. Además de preguntar, el periodista debe contar sus impresiones y contar lo que ocurre a su alrededor.

¿Desgasta mucho trabajar en En el punto de mira?

-El reporterismo de calle te tiene que gustar mucho. La gente que ya no está en el programa sigue haciendo reporterismo de calle en otros formatos. Los responsables del programa saben que están reclutando gente que les gusta estar en al calle y preguntando.

¿Cuál es la fase más complicada de sus reportajes?

-La más compleja siempre es la parte de investigar para descubrir y encontrar cosas. En la temporada de invierno nos centramos en estafas o fraudes y la gente que se dedica a estas cosas se esconde muy bien. Llegar a estas personas es complicado y ponerles en situaciones incómodas es complicado y a veces frustrante.

¿Cuántas personas trabajan en sus reportajes?

-Los reporteros somos la cabeza visible, pero estamos entre treinta y cuarenta personas. Hay redactores, coordinadores, guionistas... Es un equipo muy unido. El reportero tiene que confiar mucho en la gente que está en las mesas de la redacción, porque si tenemos cualquier problema ellos son los que te ayudan.

¿Cuáles son las temáticas que más le motivan?

-En invierno me ha gustado poder hablar del despilfarro de dinero público. Por ejemplo, denunciar que en los hospitales no están los mejores médicos porque están enchufando a amigos, es algo que me ha gustado.

¿Queda siempre satisfecho con cómo quedan sus reportajes?

-Generalmente siempre entregamos los reportajes cuando consideramos que ya están bien empaquetados. Lo bueno de nuestro programa es que no tenemos unos plazos estrictos de entrega o de grabar. Si el reportero tiene que volver a un sitio para volver a preguntar o a indagar, vuelve. Siempre consideramos que los reportajes que entregamos están bien cerrados y que responden a las preguntas que nos hacíamos al inicio.

Por contra, Boro Barber es uno de los veteranos que se lanzaron a la calle desde el nacimiento de En el punto de mira. Se declara adicto al trabajo de calle y promete que los espectadores se llevarán una sorpresa este verano al observar el fruto de su trabajo.

¿Qué cualidades tienen los programas que van a emitir este verano?

-Siguen la línea de lo realizado el verano pasado. Tiene algo que ver con el punto de mira de invierno, pero en la edición del verano ponemos el foco en los puntos turísticos más potentes de España y vamos a ver lo bueno y lo malo que hay en ellos. Vamos a analizar el turismo de la zona y nos vamos a centrar en quién puede estar haciendo el agosto ante esa maquinaria bestial que es el turismo. Siempre hay listillos y delincuentes que se aprovechan de los turistas que hay en una zona para ganar dinero para todo el año.

¿Es su programa la prueba de que Mediaset apuesta pro el periodismo de investigación?

-Totalmente. Además agradezco mucho esa apuesta. Responde a los índices de audiencia que hemos mantenido estos dos años. Tenemos unos espectadores fieles que siguen semana a semana nuestros temas. Eso nos permite seguir investigando, que es lo que nos gusta.

¿Cómo lidian con los momentos de tensión?

-Gracias a la sangre periodística que te corre por las venas que te hace llegar hasta el final y muchas veces sin ni siquiera valorar que la situación puede encrudecerse. Es verdad que muchas veces vamos a preguntar a gente que no quiere que se le pregunte nada y nos pasa muchas veces que la gente no se alegra al vernos. No siempre somos bienvenidos pero lo tienes que afrontar y te lleva la curiosidad hacia ciertas zonas que, cuando lo ve tu madre, te dice ‘dónde te has metido’.

¿Que reportaje dejará huella en la audiencia este verano?

-Vamos a estar en todos los rincones turísticos de España y cada uno tiene su particularidad. En cada sitio vamos a ver los sinvergüenzas y golfos que se aprovechan de los turistas.