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Comienzo con sabor a reggae Concierto de The Wailers

Fecha: viernes, 2 de octubre. Lugar: sala Tótem, Atarrabia. Intérpretes: The Wailers, formación integrada por Elan, a la voz; Aston Family Man Barret, al bajo; Audley Burns, a la guitarra; Kernest Keith, a los teclados; Anthony Watson, a la batería; Junior Chin, a la trompeta y a las percusiones menores, y Marie Sybella y Cegee, a los coros. Incidencias: primer concierto de la nueva temporada de Tótem. 2 horas de duración, bises incluidos. Muy buena entrada, público receptivo que disfrutó de la actuación.

Los Wailers, formados en Kingston, Jamaica, en 1963, y mundialmente conocidos y reconocidos por haber sido la banda de Bob Marley, ofrecieron un grandioso concierto el viernes en la Tótem, protagonizando el pistoletazo de salida de la presente temporada 2009-2010. Ante un público más que expectante y predispuesto, la velada se inició bajo las suaves y coloristas cadencias sincopadas de un introito que pronto dio paso a composiciones propiamente dichas, como I shot the sheriff, Stir it up o Could you be loved: banderines de enganche en los que se dejó sentir con fuerza el skanking, forma de tocar propia de los guitarristas de reggae consistente en tratar de administrar de la forma más acompasada posible la música. De repartir su tensión a lo largo de la canción dando vida así al embrujo, a los característicos ritmos del género mediante la combinación de sonidos, tiempo... y los silencios, tan importantes en el mismo. El concierto, un repaso por los grandes éxitos de Marley (tal y como se esperaba), encontró además más cimas de altura, derivadas de la presencia de hits como Easy skanking (hablando de la técnica que acabamos de explicar), Three little birds o One love, último en sonar oficialmente antes de los bises. De una propina que deparó la interpretación de otros igualmente imprescindibles, como Get up, stand up, No woman no cry o Exodus, para finalizar: unos temas recibidos con alboroto y más o menos alborozo por parte de los presentes, un público que, constantemente animado por parte del vocalista a participar de la ceremonia que estaba teniendo lugar sobre la tarima, disfrutó, y cómo, del hecho musical, relajándose y dejándose mecer por el mismo. Por un espectáculo erigido en torno al reggae de verdad. Al de sonido más auténtico y genuino. Alrededor de ése por el que, en verdad, pasan y han pasado los años? y para bien, tal y como diríamos si estuviésemos hablando de un buen vino.

Embajada músico-cultural de Jamaica por excelencia, The Wailers impartieron toda una clase de reggae en Atarrabia; bueno, The Wailers o sus herederos, los actuales depositarios de su mítico sonido. El plantel de instrumentistas que, comandado por el legendario bajista Aston Barret, único músico de la formación original, compareció en la Tótem: en cualquier caso, una formación con todo el derecho del mundo para seguir defendiendo ese nombre y continuar esparciendo las inmortales y míticas composiciones de Bob Marley a lo largo y ancho del planeta, algo que hace con tanto éxito como regularidad; ¿que sólo queda en The Wailers un miembro original, tal y como hemos apuntado? Bien, también en muchos grupos de éxito sólo queda uno (Extremoduro, Seguridad Social -entre otros estatales-) y nadie lo critica, yendo como se va a ver a los mismos por lo que se va: para disfrutar de unas canciones clásicas, casi siempre. Imperecederas. Y por no hablar de las bandas de acompañamiento de los solistas, como lo era ésta -en otro orden de cosas-, en las que los cambios de músicos están a la orden del día. Además, en el caso contrario, si los actuales The Wailers no dieran la talla, seguro que no seguirían noche tras noche sobre los escenarios, pues el público, con su no asistencia a sus conciertos (una y no más, que se dice) los habría retirado. Algo, eso, que de momento no creemos que ocurra: hay The Wailers para rato.