madrid. El Museo Thysen-Bornemisza ha escrito la historia del erotismo a través de mitos que han inspirado a maestros como Rodin, Gauguin, Rousseau, Courbet, Cézanne, Picasso, Rubens, Ernst o Warhol, en la exposición Lágrimas de Eros.

La pasión erótica, desde todas las orientaciones sexuales, y la relación entre el sexo y el instinto de muerte se muestran en las 119 obras exhibidas en la doble sede del Thyssen y la Fundación Caja Madrid. Organizada temáticamente, la muestra recorre desde el romanticismo hasta el arte contemporáneo pasando por el simbolismo y el surrealismo, el Renacimiento y el Barroco. Conviven obras separadas por más de cuatro siglos, en una exposición en la que su comisario, Guillermo Solana, ha incluido todas las orientaciones y espacios del deseo: la mirada masculina y la femenina, lo hetero y lo homo, el voyeurismo y exhibicionismo, el bondage y el sadomasoquismo o los fetichismos. Para Solana se trata de un proyecto sin precedentes que surgió de un momento de crisis en su labor como director artístico del Thyssen. "Ello me llevó a plantearme una programación con más audacia, compromiso y valor. La idea de Eros era un modo de comprometer a un público más amplio", dice el comisario, quien ha acudido a los mitos en los que se han expresado los temores, anhelos y deseos más importantes de la humanidad. Mitos presentes en la cultura grecorromana y la Biblia. En el recorrido reaparecen motivos simbólicos, como lágrimas, cabelleras, serpientes, ataduras. La fotografía Lágrimas de Man Ray da paso a la 1ª sala, Nacimiento de Venus, con obras de dos pintores del XIX, Amaury-Duval y Bouguereau y una escultura de Rodin. La complicidad entre Eva y la serpiente se aprecia en bellas versiones sobre este mito de Franz von Stuck, Gauguin o Henri Rousseau que dialogan con las imágenes de Nastassia Kinski, por Richard Avedon, y la de Rachel Weisz, por James White. Esfinges decimonónicas coexisten con las contemporáneas de Mapplethorpe o Louise Bourgeois. Las tentaciones de San Antonio introduce al voyeur y su actitud participante y distante. Ilustran el espacio obras de Furini, Cézanne, Picasso o Antonio Saura. El mito de Andrómeda encadenada lo abordan Rubens y Millais, y los surrealistas Dalí o Domínguez evocan el mito en sus manipulaciones sádicas del cuerpo femenino. El beso, y su visión vampirizadora, lo ilustran Munch, Max Ernst, Magritte, Andy Warhol y Marlene Dumas. Tres vídeos de Bill Viola ponen fin al recorrido en el Thyssen, pero antes, el visitante puede pasar por la tienda y adquirir una cajita con tres preservativos ilustrada con la obra Adan y Eva de Jan Gossaert. En la sala de Caja Madrid es la muerte la que se ve erotizada. Ocurre en Apolo y Jacinto ilustrado con obras de Tiépolo, Rubens o Furini. El vídeo de David Beckham dormido, de Sam Taylor-Wood, se incluye en El sueño de Endimión, junto a piezas de Guercino, Girodet o Canova. Los 3 últimos capítulos abordan Cleopatra y Ofelia, Magdalena penitente y Cazadores de cabezas.