La alegría visita de nuevo esta noche el escenario del Teatro Gayarre de Pamplona de la mano de una de sus mejores embajadoras, Rosana Arbelo. El concierto comenzará a partir de las 20.00 horas y al cierre de esta edición todavía quedaban algunas entradas a la venta, a precios que oscilan entre los 20 y los 24 euros.
Rosana, haciendo gala de su siempre exquisita amabilidad, y es que parece que esta mujer no se cansa de estar contenta, atendió a EL CAMALEÓN.
-'A las buenas y a las malas' es tu último trabajo de estudio, una colección de canciones más eléctricas, en las que dejas a un lado tu cara más latina.
-Este disco es, simplemente, el reflejo del momento en el que me encuentro ahora. La parte eléctrica que se muestra en el álbum, que recuerda más al concepto musical de los años 60 que a otra cosa, es el paisaje musical que necesitaban las historias que cuento en este compacto. Creo que A las buenas y a las malas es la forma que tengo de responsabilizarme de estas historias, lo que no quiere decir que dentro de tres discos no vuelva al concepto latino. Por otra parte, este disco probablemente sea el que más tiene que ver con el sonido que, desde el principio, hemos llevado en directo... Con Lunas Rotas, cuando hacíamos aforos grandes, el sonido era más eléctrico que otra cosa, y eso es lo que he querido reflejar en este trabajo; de todas maneras,
mi parte latina no la puedo olvidar porque eso significaría olvidarme de quien soy.
-Tras la edición en 2007 del cuádruple trabajo 'De casa a las Ventas', en el que homenajeabas a tu disco debut 'Lunas rotas', ¿afrontas este álbum como un nuevo principio?
-Yo creo que sí. En cuanto a la sonoridad, está claro que es como un nuevo principio; de hecho, la guitarra española no está en ninguna canción. Esto no quiere decir que no la voy a volver a utilizar, simplemente quiere decir que en este álbum no era una necesidad. Prefiero llevarme bien conmigo misma que contar una mentira y ser fiel a un sonido que la gente pueda, más o menos, reconocer. Me parece mucho más importante decir y dar la verdad en cada trabajo. Éste es un compacto mucho más acústico en sus momentos íntimos y mucho más eléctrico en el resto; es un disco que se pasea, como decíamos antes, por los años 60, no tanto como concepto pero sí a través del punto en el que hay poca instrumentación pero rotunda. En este sentido los instrumentos suenan sin maquillaje; las guitarras y las baterías suenan en estado puro, sin colorear y sin falsear sonido. Quizá éste es un trabajo que tenga mucho más que ver con lo que va a pasar más adelante, pero sin olvidarme de lo más importante, que lo único que prima en cada disco es dar aquello que tiene que ver conmigo en cada momento. Así, puede ser que el próximo disco sea heavy (risas); depende de cómo vaya el mundo, así reaccionaré (risas).
-Además de su música, de sus canciones, siempre que se menciona a Rosana Arbelo viene a la mente la alegría y la risa, dos conceptos que en este trabajo han evolucionado hacia la esperanza, ¿por qué?
-Porque la esperanza es una necesidad para el futuro inmediato, no sólo para los que estamos sino de cara a la herencia que vamos a dejar a los que vienen detrás. Ahora lo que tenemos es mucho curro para volver a poner este mundo en pie... Pero también es la esperanza referida a que se está hablando mucho de la crisis económica y muy poco de la crisis de valores, que son aspectos que probablemente favorecerían que la crisis económica no fuera tanta. Yo no soy política, pero me temo que si hubiera más principios estaríamos hablando de un mundo con más dosis de esperanza.
-Las canciones del álbum cuentan con algunas frases que muestran a una Rosana más desnuda que nunca, como: "Soy un desastre pero no me invento".
-(Risas) Eso es una realidad. "Soy un desastre pero no me invento" es una declaración de principios; de hecho, casi todo el tema Hago saber es una declaración de intenciones y de posicionamientos. Creo en el concepto de decir soy así, a las buenas y a las malas; de explicar cómo siento y pienso, y de responsabilizarme y comprometerme con ello. Esto podrá ser un desastre en algunos casos y en otros me lleva a decir, como reflejo en otra parte de la canción, "si no te gusto, ya lo siento". Lo que hay es lo que ves, ésa es la jugada. Por otra parte, sí es verdad que este es el primer álbum en el que no sólo digo lo que siento sino también afirmo con rotundidad lo que pienso sobre muchas cosas.
-El otro pilar que sustenta este nuevo trabajo, además de la citada esperanza y el sempiterno optimismo, es una rica mirada hacia atrás en la que Rosana se muestra como una persona deseosa de aprender y consciente de que lo que es, es lo que ha hecho.
-En gran parte somos el resultado de lo que aprendemos y, en gran parte también, el resultado de lo que soñamos. Somos una mezcla de ambas cosas, de lo que aprendemos y de lo que deseamos que nos pase.
-Cambiando radicalmente de tercio, Rosana sigue contando en su particular cartera con tres formatos de conciertos, además de con un gigante bagaje de canciones, ¿cómo se presentará y qué podremos escuchar esta noche en el Teatro Gayarre?
-Lo que estamos haciendo, mayoritariamente, es una presentación de A las buenas y a las malas. Pero es verdad es que el concierto está bastante equilibrado, digamos que un poco menos de la mitad son canciones del nuevo disco y el resto son temas por lo que, en unos casos, hay que pasarse, y en otros, hemos decidido pasar (risas). Pero también hay otros casos (risas) por los que habría que pasarse y hemos decidido no hacerlo. Hay para todos los gustos (risas).