tudela. La XVI Muestra de Cine Español de Tudela se clausuró ayer con la proyección de la adaptación cinematográfica homónima Castillos de Cartón del libro Almudena Grandes. Su director, Salvador García Ruiz, y la actriz protagonista, Adriana Ugarte, estuvieron ayer presentes en esta cita. La película, que refleja la historia de tres estudiantes de Bellas Artes que mantienen una relación encendida a lo largo de toda su época universitaria allá por los años 80, provocó ayer sentimientos encontrados. "Mejor que haya algún tipo de reacción a que sea indiferente. La mirada de observar a estos chicos y no poner al espectador en esta posición de erotismo creo que ha desconcertado, pero lo tenía clarísimo desde el minuto uno", justificó el cineasta.
Este trabajo surgió por un encargo del productor Gerardo Herrero, quien compró los derechos de la novela de Grandes y le invitó a dirigir la adaptación del guión que había creado Enrique Urbizu. "El proyecto tenía un atractivo especial para mí porque retrataba unos personajes que vivían una época que yo había vivido. Pero había otro tema al que le tenía mucho respecto y era la parte explícitamente sexual de la historia. Me considero una persona muy pudorosa y no sabía muy bien si iba a ser capaz de retratar esa intimidad de los personajes. Eso hacía más atractivo al proyecto, de alguna forma era un reto si iba a ser capaz de afrontar ese trabajo", detalló.
García Ruiz, puso especial énfasis ayer en remarcar que su intención en Castillos de Cartón fue la de que el público fuera capaz de contemplar a los personajes "olvidándose de que están desnudos" para "ver cómo se comportaban. Me parece que crear una tensión erótica en el publico iba a distraer de lo que a mí me interesaba contar".
El trío amoroso, gira fundamentalmente sobre el personaje femenino de Jose, interpretado por Adriana Ugarte, quien también afrontó un papel protagonista en la telenovela de televisión La Señora. La actriz dijo que aceptó este trabajo porque "suponía un reto para mí. Las secuencias de sexo me daban mucho apuro pero tenía muchas ganas de hacerlo. Siempre había pensado que antes o después me iba a tocar. Para mí ha sido una experiencia maravillosa de la que voy a estar contenta siempre". Ella también coincidió con el director en que el filme no tiene "la intención de provocar". Sin embargo, reconoció que sólo pudo observar su trabajo desde fuera tras varias visiones. "La primera vez que la vi tuve muchísimos nervios, sólo podía fijarme en las cosas que no me gustaban de mí. Las siguientes veces pude disfrutar, veía a tres personajes, no tenía la sensación de que las secuencias tuvieran una intención más allá del acto".
Aunque esta es la historia de un triángulo amoroso Jaime y Marcos, los personajes masculinos de Castillos de Cartón, no entran en contacto físico en ninguna de las escenas. Este hecho "no sé si puede ser artificial pero es una situación real, hay una especie de juego. Era muy curioso, no lo tenía previsto en ningún momento pero recuerdo que Nilo (Mur) no lo veía de ninguna manera. No lo tenía previsto", argumentó.