pamplona. La Galería San Antón apuesta en su nueva exposición por la pintura de calidad de nueve experimentados artistas, algunos muy cotizados, que recorren en sus obras temáticas diversas pero en todos los casos con trazos seguros y certeros que sólo los dan los años de trabajo.

Ocho de los creadores que centran la muestra colectiva, visitable hasta el 15 de septiembre, son nuevos para la galería. "Nunca habíamos expuesto su obra, pero en un futuro muy cercano vamos a trabajar mucho con ellos", dice el director del espacio de la calle San Antón, Michel Menéndez. El noveno es el maestro navarro Jesús Lasterra (1931-1994), Premio Nacional de Grabado a finales de los 60. De él se exhiben los óleos Abuela familia de Lasterra y Entrada en Tudela, y los grabados Casas sobre el Ega (Estella) y El Rastro (Madrid). Todo un lujo poder contemplar estas piezas en un espacio público, ya que la obra de Jesús Lasterra no se prodiga en galerías. "Se encuentran muy pocos cuadros de él a la venta. Los que los tienen no quieren desprenderse de ellos. En estos trece años, me habrán llegado 3 ó 4 pinturas de Lasterra", dice Menéndez.

Las obras del cotizado maestro navarro conviven en la exposición con más de 20 de diferentes pintores del Estado. El alicantino Carlos Sempere da rienda suelta a su pasión por los Picos de Europa en tres cuadros en los que la naturaleza de la montaña se presenta en todo su esplendor. Un regalo para la vista. Yuri Yarosh, japonés afincado en Barcelona, demuestra su talento en el desnudo, la naturaleza muerta y el paisaje. El santanderino Tomás Castaño trae a Pamplona algunos de sus cuadros sobre fachadas comerciales antiguas -en este caso varias de la calle San Antón-. El catalán Ricardo Sole González deja constancia en sus paisajes de que, como asegura Michel Menéndez, "es el mejor imitador de Elías Garralda, y bien podría ser su sucesor". El pintor de Alcoy Román Francés aporta tres óleos centrados en la figura femenina (retratos de niñas). Y participan otros tres valencianos: Manuel Benet, maestro en el género de bodegones y naturalezas muertas; Jose Lull, especializado en niños (destacan por su gracia especial sus monaguillos traviesos); y Eustaquio Segrelles, uno de los más cotizados de la exposición, hace gala del estilo Sorolla en sus obras costumbristas, en las que aparecen representadas vacas, playas, pescadores, etcétera.