pamplona. No le gusta nada la inactividad, por eso no le importa trabajar en verano en el casting de la nueva edición de Fama. El programa le ha dado muchas satisfacciones y reporta una buena audiencia a Cuatro. Es, sin duda, el programa estrella de la cadena de Sogecable.
¿No se cansa del programa?
¡Cómo me voy a cansar! Es un programa que me ha dado mucho y en el que me divierto un montón. No podría pensar en dejarlo mientras sigan confiando en mí. Llevo sin dar palo al agua desde febrero. Lo que me cansa es no desayunar o comer con gente todos los días. No lo soporto, necesito currar.
¿No se encuentra encasillada?
No. He hecho otras cosas en los intermedios de Fama. Lo que te encasilla es no tener trabajo. Este programa es un regalo.
Dicen que el trabajo es un castigo divino.
Al contrario, es lo que me da la vida. He nacido para trabajar y lo confieso, me gusta.
¿No le agota ver bailar a tanta gente?
En absoluto, cada persona es un mundo. Lo que tiene Fama que a mí me engancha es que la evolución es en poco tiempo, pero es muy clara. No te aburre, ves a unos chavales que comienzan y el que parece que menos salidas tiene, en menos de dos meses es el que más rinde.
¿Hay cambios esta temporada?
Más que nunca, lo vais a ver a finales de agosto.
¿Nos puede adelantar alguno?
La verdad es que no. Hasta que empiece en septiembre no sabemos muy bien cómo va a ser el programa. No te creas, nos dicen las cosas con cuentagotas. Nos han pedido que guardemos la poca información que tenemos para cuando comience. Ahora es tiempo de casting y ahí ya han empezado a cambiar las cosas.
¿Es bueno hacer cambios cuando un programa funciona?
Yo te diría que la diferencia es que nos vamos a quedar con las caras de los chicos. Había bailarines que, por rutina del formato, entraban y salían muy rápido. No te daba tiempo a quedarte con su cara, con su nombre, con nada...
¿Y qué va a pasar ahora?
Es una vuelta de tuerca que hace más justo el programa. Los que van a entrar tendrán la sensación de haber entrado en Preescolar y terminar con una carrera universitaria, van a pasar por muchas cosas diferentes.
Verano movido el suyo...
Verano interesante.
¿Había hecho planes?
Pues no. Iba a hacer Billete a Brasil y no he podido por tiempo. Quizá a finales de agosto me coja algunos días con tranquilidad.
Viajera impenitente, ¿no?
Ni la cuarta parte de lo que me gustaría. Hay formatos que son maravillosos y que te hacen descubrir una manera diferente de entretener.
Es la única que no baila en "Fama".
Yo ya bailé cuando tenía que bailar. Son los jovencitos los que tienen que hacerlo.
¿Se le da bien el baile?
No, creo que no, pero me gusta bailar.
A los hombres les gusta poco bailar...
Son muy sosos, les pierde la timidez. Es una lástima, se pierden tantas cosas.
¿Pide usted baile o espera a que se lo pidan?
Yo pido, soy de las que no esperan, suelo lanzarme.
¿Selecciona?
¡Qué va! Soy poco exigente. Al primero que vea que está más dispuesto, al que esté dispuesto a seguirme.
Estamos en tiempo de verano, ¿qué hace para estar tan estupenda?
Ni como mucho, ni hago régimen, ninguna de las dos cosas. Ahora estoy empezando a engordar un poco más. Llevo mucho tiempo arrastrando problemas, después de la operación...
¿Ésa en la que se quitó las costillas para estar más delgada?
Eso es, en la que me quité las costillas, me hice un cambio de sexo, me alargué las piernas..., bueno, esas cosas que nos gusta hacer a muchas y que tienen un postoperatorio grave. En serio, dice mi médico que quizá me ha cambiado el metabolismo y que cuando trabajo mucho pierdo bastante energía. Me vuelco bastante. En la última edición, por cada gala perdía dos kilos. Ahora tengo cuatro o cinco kilos más, me gusta, no me veo bien tan flaca. Volviendo a lo de las costillas, es impresionante que la gente se acuerde de eso.
¿Le han dejado de lado los programas del corazón?
Nunca me sacaron mucho, la verdad. También pienso que son rachas. A veces tienen material tuyo y no lo sacan. He procurado no ser un personaje muy mediático.
¿Ser un personaje famoso le obliga a renunciar a actividades, a no acudir a ciertos lugares...?
Hay que renunciar a muchas cosas. Hay un desapego a cosas vitales. Yo empecé en televisión a los 17 años y noté enseguida la presión. Te cambia la vida, no te comportas de una manera normal; ni tú, ni los que te rodean. ¿Sabes cuándo te das cuenta de lo que es ser normal? Cuando viajas, te percatas del valor que tiene el anonimato, de poder emocionarte en público, ser natural. Yo procuro ser lo más natural que puedo, pero sacrifico cosas.
Hace un tiempo comentaba usted que los programas del corazón estaban de capa caída. Ahora han resurgido y con fuerza...
Lo que sí han hecho es profesionalizarse. Han cogido los cuatro personajes que les funcionan, el entorno de ellos, y a los demás nos van dejando de lado. Claro, a no ser que haya una noticia como la de Iker Casillas y Sara Carbonero.
¡Qué brasa!
Ha sido un tema bonito, pero supongo que ellos no lo verán así, no estarán tan cómodos.
Hay quien critica el beso ante las cámaras.
Es que hay gente muy envidiosa. Pero todavía existen los valientes. Son una pareja de guapos y talentosos increíbles. Besos vemos todos los días en la tele.
¿Entonces?
Lo chulo es que no era una foto robada. Estamos tan hartos de ver besos robados, gente que es pillada. Éste era distinto, nos parecía diferente.
Titulares: "La culpa de la derrota ante Suiza fue de Sara Carbonero".
Es lo más machista que he oído nunca. Si fuera un cardo borriquero no le habría hecho caso nadie. Pero es tan potente, es tan guapa, tiene una cara tan impresionante, que lo normal es que todo el mundo quiera tenerla en su portada con un titular, el que sea. Da igual, da audiencia.