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"Es fácil separarse del personaje, no te puedes ir con este estado de alteración a casa porque te daría un infarto"

Alberto Romero, 'Berto' para los espectadores, se asoma esta temporada de 'Buenafuente' con la inquietud de un niño. Las "sorpresas" las generará el propio programa y, aunque se considera un "mal imitador", no dejará de causar admiración entre la gente que le para por la calle

"Es fácil separarse del personaje, no te puedes ir con este estado de alteración a casa porque te daría un infarto"Foto: la sexta

pamplona. Afronta las situaciones de cara, como cuando en la pasada huelga general varios piquetes le abuchearon mientras realizaba un reportaje. Berto no se esconde y para muchos espectadores ya forma parte de la familia. Comenzó con Andreu Buenafuente de manera ocasional cuando éste trabajaba para Antena 3. En su marcha a La Sexta no sólo se llevó el nombre del programa si no que también el equipo al completo se fue con él. Y en esta nueva andadura, Berto pasó a ser un indispensable en el plató.

"Buenafuente" propone una apuesta diferente al espectador. ¿Qué sorpresas le esperan?

Si te digo la verdad, no lo sé. El programa es generador de sorpresas. Nosotros hacemos un plan de inicio de temporada pero luego el programa nos lleva por derroteros que ni siquiera imaginábamos. De hecho, las secciones más interesantes del año pasado fueron fruto del propio programa. De la gente que las generó. Yo sé que va a haber sorpresas pero ni yo mismo sé cuáles serán porque las generará el propio trabajo diario.

¿Cómo es Buenafuente como jefe?

Muy bueno. Prueba de ello es que estoy aquí muy cómodo. No me voy de aquí ni con agua caliente.

¿Qué tiene el programa para que enganche al espectador?

La verdad es que cada vez que alguien me dice te veo hasta tan tarde y me tengo que levantar temprano me parece de una admiración tremenda, me llena de orgullo y me lo llevaría conmigo. Es un mérito porque el programa se da muy tarde pero Andreu Buenafuente tiene algo que es lo que le ha hecho triunfar desde el primer momento: tiene mucho talento. Es lo más básico. No es lo único, porque tiene una gran capacidad para rodearse de gente con talento y sabe cómo gestionar ese talento.

Andreu Buenafuente está constantemente reinventándose.

Es muy meritorio de él. Es la típica persona que hace una temporada con un formato que le da rendimiento y al año siguiente lo quiere cambiar. Instala otra vez al programa en el riesgo y todo el mundo está súper nervioso porque no sabe cómo va a funcionar. Y piensas ¿por qué? Si ya nos funcionaba. El primer año cuando hacía Bertovisión, consolidé muchísimo aquella sección y luego decidió cogerme y ponerme en la mesa. Te trastoca la cabeza. Si ya funcionaba, ¿por qué?. Después fue una mesa muy buena. Y este año vuelve a cambiarlo todo y nos quiere integrar a todos en una mesa mayor. Tiene muy buen instinto, muy buen olfato.

¿Cómo consiguen que los personajes acudan al programa?

Les tratamos muy bien. La gente sabe que es un espacio donde se trabaja como una familia y que va a estar muy bien tratada. Es la base para que quieran venir. Además, creo que se lo pasan bien.

¿De todos los personajes que ha parodiado se queda con alguno en especial?

No he cogido un cariño especial a ninguno porque soy un mal imitador. Me quedaría con ninguno y con todos. Lo único que estoy haciendo es el payaso, el único personaje ahí soy yo.

¿Le gusta hacer el payaso?

Me encanta. Es lo que más me gusta del mundo y cada vez más.

¿Hay que ponerle una nota de humor a la actualidad?

Sí y cada vez más. Es que el panorama está negro. La gente no tiene curro y le cierran la empresa, hay mucha crispación. Qué menos que alguien esté con una sonrisa en su casa por la noche. Estoy muy orgulloso de mi trabajo.

Los políticos parecen encantados de acudir a "Buenafuente".

En general, quieren venir. Esto ha cambiado mucho. Creo que la primera temporada del Caiga quién caiga con Wyoming fue esencial porque fueron los que dieron ese empuje en la clase política. De repente dijeron tenemos que ser graciosos y parecer graciosos porque esto nos va a venir bien. A partir de entonces a los políticos les gusta venir y jugar. Luego están los que son más graciosos o menos, pero ésa ya va con la persona. Los políticos no dan problemas.

¿Tiene la sensación de que algunos programas les copian?

No, no. Y si nos copian es un orgullo porque es señal de que hemos abierto un nuevo camino. También lo de copiar o no copiar es un término delicado porque todos trabajamos sobre los mismos materiales, tampoco hemos inventado nada. Es un late, un formato americano que está más que hecho y que funciona desde los años 50. Nosotros hacemos un late y luego le metemos otros géneros y cosas de otras cosechas, pero nadie ha inventado nada a estas alturas de la televisión.

¿Consigue separarse de Berto?

Es fácil. No te puedes ir a casa en este estado de alteración, haciendo bromas todo el rato porque, básicamente, te daría un infarto. Estar a este nivel de estrés de manera continuada provocaría que te diera un infarto o te matase la gente. Un tipo que se comporte así todo el día yo, personalmente, lo mato.