ELVIS Presley suena a todo volumen al otro lado de la puerta del estudio de Ana Pagola y son muchos los curiosos que se acercan a la ventana para ver qué pasa en el interior. Dentro, el color lo inunda todo y las Meninas son las protagonistas de este espacio mitad taller, mitad sala de exposiciones, en el que la artista da rienda suelta a su creatividad.

Ana Pagola lleva poco tiempo en esta ubicación, concretamente, desde que volvió de Barcelona a principios del verano, y desde entonces son muchas las personas que se han acercado a ver sus Meninas.

"Mucha gente, sobre todo, peregrinos del Camino de Santiago que pasan por la puerta, escuchan música, se acercan a la ventana y, como me ven pintando, me piden que les abra", explica la artista, que se muestra encantada de que se interesen por su obra.

La pintora, que estudió Bellas Artes en la Universidad de Barcelona, lleva cerca de dos años desarrollando sus Meninas, unos cuadros pintados sobre tela llenos de colores "fuertes, contrastados, brillantes y vivos" que surgieron de una asignatura de universidad.

"Los retratos del neoclásico siempre me han llamado la atención y dije "quiero ponerme a mí en vez de Velázquez", pero después, conforme pintaba el cuadro, lo quería cambiar, no quería respetar los colores y así empecé con la serie de las Meninas", explica Pagola, que confiesa ser bastante impulsiva a la hora de trabajar y no inspirarse en nada concreto para el desarrollo de su obra.

"No tengo un autor, un estilo o algo concreto que me inspire. Las ideas me vienen de observar, de la calle. Luego le doy una vuelta y van surgiendo las cosas", comenta.

La artista realiza sus creaciones sobre tela, un material que aprendió a apreciar durante sus estudios en una escuela de moda y su experiencia en atrezzo y vestuario para cine y televisión, pero no siempre trabaja la tela de la misma forma.

"Al principio dejaba la tela tal y como era, con su estampado original, luego decidí esconder algunas cosas y enseñar otras y, ahora, integro la figura en la tela pintándolo todo", afirma.

Además, algunas de sus obras poseen unos marcos muy especiales creados a base de tela de tul, huevos o incluso pinchos integrados directamente en los cuadros.

"La idea surgió en una exposición, a la que fui con unos compañeros, en la que todas las obras tenían los mismos marcos, eso es como si todas las invitadas a una boda van con el mismo abrigo", dice, divertida, Pagola, "por eso yo intento dar una vuelta más a mis obras, hacerlas más entretenidas, hay cuadros más sencillos que piden un marco especial".

Pagola, que desarrolla varias obras al mismo tiempo que distintos estilos y técnicas porque no quiere encasillarse, sigue una máxima en su proceso creativo: "Seria es la vida, alegre es el arte", una frase de Ludwig Giesz que le inspira y cumple a rajatabla a la hora de pintar.

"Me gusta que la gente disfrute y lo pase bien con mis obras, quiero que transmitan alegría, desenfado, optimismo, que se olviden por un rato de las cosas", comenta.

Sus obras no dejan indiferente a nadie y es que ella misma no se atreve a clasificarlas. "Mis cuadros son un poco de todo, no me gusta definirlos porque no son exactamente ningún estilo, hay quien dice que están entre el pop y el kitsch, pero también tienen toques figurativos porque reconoces la figura, hay otras obras más expresionistas...", explica.

Próximos proyectos

La artista viajará a Berlín

Pagola planea viajar a Berlín el año que viene e intentar conseguir una plaza en una residencia de artistas.

"Aquí cuesta mucho que expongan tus obras, asocian joven con inexperto y yo quiero que valoren mi trabajo actual, no mi trayectoria", reivindica, "mientras tanto, seguiré con mis Meninas, buscando nuevos encuadres y luego hay otros cuadros de Velázquez que también tengo en mente y quiero hacerlos míos, a mi estilo", concluye.