pamplona. Aunque cuando él empezó como actor "eran otros tiempos", no tan vinculados como el actual a las últimas tecnologías ni a la presencia de las cámaras en nuestra vida cotidiana, Carmelo Gómez se reconoce en los intérpretes jóvenes que hoy se abren camino en este mundo tan apasionante como complicado. "Me veo con las mismas dudas, con las mismas inquietudes y con esa energía de la gente joven que luego uno va perdiendo, aunque gana en otras cosas...", dijo ayer en Pamplona el actor leonés, quien considera que la auténtica crisis que vivimos y la que afecta más gravemente a la cultura "no es económica, sino de valores".

Así lo manifestó en la Escuela Navarra de Teatro (ENT), donde estos días imparte un curso junto con el director gallego Norberto López. Bajo el título De cerca: la cámara, mediadora privilegiada, el taller, organizado por la ENT en colaboración con la Fundación INAAC y enmarcado en las actividades por el 25º aniversario de la escuela, se desarrolla desde el sábado en cuatro jornadas, hasta el próximo día 21. Un total de diecisiete profesionales de la interpretación y seis oyentes participan en el curso, que se plantea como un encuentro entre los lenguajes teatrales y cinematográficos a partir de la revisión de la película de Mankiewicz Eva al desnudo. "Hemos elegido esta obra porque nos obliga a reflexionar sobre el lugar del actor, de la estrella, del divo. Es una película muy contemporánea que nos da mucho debate a la vez que nos pone en práctica con escenas que por un lado son muy teatrales, pero para ser grabadas en cine", explicó ayer Carmelo Gómez durante la presentación del curso.

El actor leonés, que se encarga de preparar las escenas a los intérpretes, asegura que la docencia le "reactiva" porque le saca de la rutina. "Los que trabajamos dando una imagen al público, terminamos algunas veces haciendo trabajos que ya has hecho, que ya has repetido mil veces, que empiezan a agotarte; y la docencia ha roto en mi vida con eso, poniéndome en contacto con la energía de la gente joven, con una mirada de la vida distinta... Me lo estoy pasando muy bien", reconoció. En este sentido, añadió que en cursos como el que imparte en la ENT prefiere trabajar una película que no sea suya, como es el caso de Eva al desnudo, "porque de lo contrario uno cae en lo peor, que es agarrarse a los clichés, a algo ya conocido. Prefiero tener que esforzarme por encontrar una forma de expresión nueva".

De los tiempos que vivimos y en los que los jóvenes intérpretes tienen que luchar por abrirse camino, Carmelo Gómez opina que "son diferentes a los de mi generación porque los nuevos actores se han educado con todos los aparatos de última generación, sus papás les han hecho a todos miles de vídeos, y por eso mismo tienen una relación con la cámara muy distinta a la que teníamos nosotros". Y la cámara es para el leonés "un aliado del actor y una radiografía excepcional para captar tanto la mentira como la verdad. No hay que tenerle miedo, es una amiga".

el espejo de la realidad Lo que sí preocupa a Carmelo Gómez es la crisis que vivimos, y que, asegura, "no es económica, en eso nos engañan. Es una crisis de valores que se remonta a muy atrás". "Ortega y Gasset hace un siglo ya veía venir este asunto... lo que pasa es que la parte de crisis económica es la que ha terminado mostrándose". Pero en el fondo de todo están los valores, y eso, dice, es lo que afecta gravemente a la cultura, y en especial al cine: "Trabajamos con los valores, sin ellos no podemos escribir un guión, porque para que algo sea realmente dramático, en el sentido de dramaturgia, tiene que tener significado. Significado es emoción, y la emoción se hace con los valores humanos, con la lucha que tiene el hombre en la tierra, con sus conflictos y contradicciones, con la definición de su estar aquí, de su ser". En este sentido, él apuesta por ponerle al espectador delante "el espejo, la realidad que sabe que hay y no quiere afrontar. Creo que así, y no halagándole, el público volvería a engancharse y a ir a las salas de cine. Porque ese es el verdadero problema. No el dinero. En el momento en que el público vaya a las salas, el dinero aparecerá".