pamplona. Poca gente conoce a Constantin Kavafis y, de los que sí han oído hablar de él, la mayoría recuerda sólo Ítaca, quizá su poema más emblemático. Para intentar divulgar su obra, pero, sobre todo, para reflejar sobre el escenario el viaje de la vida como lo hizo él, el grupo Zarrapastra ha montado el espectáculo Camino a Ítaca, que estrena mañana, a las 20.00 horas, en la casa de cultura de Villava.

"Nos hemos sentido identificados con sus poemas", cuenta Nieves Oteiza, miembro de Zarrapastra. La compañía navarra ya incluyó hace algún tiempo versos del poeta griego en su montaje La erótica de los siglos y ahora se sumerge de lleno en su obra a través de un muestrario de 28 textos divididos en tres bloques temáticos: poesía histórico-social, filosófica y erótica. Tres partes en las que, asimismo, se abordan numerosos asuntos como la soledad, los deseos satisfechos, los anhelos nunca alcanzados, el sexo, los logros, las frustraciones, el paso del tiempo... A partir de ahí, Assumpta Bragulat ha dirigido un proyecto que no es un recital de poesía, pero tampoco una narración dramática al uso, sino más bien una sucesión de monólogos que se entremezclan y se hilvanan a través de un mismo leitmotiv: la idea del viaje como esencia de la vida.

Sobre las tablas, un personaje reflexiona en voz alta, otro cuenta una historia, otro plantea sus propios conflictos... Así, "la palabra se convierte en puro instrumento de acción", no hace falta nada más. Si acaso, una serie de elementos o secuencias repetitivas que se colocan en distintos momentos del espectáculo y que sirven para unificarlo. La danza es uno de esos recursos, con una coreografía en el bloque de la erótica y otra al final. "En la poesía de Kavafis, la imagen del muchacho joven, de la belleza y de la juventud estaba muy presente y la danza nos ofrecía la posibilidad de plasmarla de una manera sutil", indica la directora, que también ha echado mano de la música, en concreto de melodías orientales de tono intimista que se intercalan en las transiciones.

La repetición de ciertos movimientos escénicos y músicas redundan en la idea del viaje que ante todo defiende este montaje, de la misma manera que lo hacen las proyecciones, con imágenes de mares diferentes, algunos en calma, otros revueltos, "como la vida misma", comenta Bragulat, que insiste en que, en todo caso, ésta es "nuestra interpretación de Kavafis".

Una lectura intensa protagonizada por actores veteranos que saben bien de lo que hablan estos versos. "Kavafis entra tanto dentro de lo que nos ha pasado a lo largo de los años que nos hemos visto reflejados en muchos momentos y nos encontrado muy cómodos con la puesta en escena de Assumpta", explica Nieves Oteiza. Por su parte, la directora confiesa que sólo conocía el poema Ítaca "a través de Lluís Llach", por lo que este proceso le ha descubierto a un "hombre apasionado" que escribía de manera sencilla y directa. "Me ha me ha atrapado el reflejo del alma humana que he visto en sus poemas", afirma la directora, que ha apostado por un vestuario y una escenografía minimalistas para que "nada pueda desviar la atención sobre la palabra". Y para cerrar el espectáculo, nada mejor que Ítaca, a modo de "invitación a la vida".