pamplona. En sus últimos días, la Feria del Libro de la plaza del Castillo continúa acogiendo nuevas obras. Una de ellas es la recién publicada A las 12, en el Iruña, la undécima novela de Pedro Pastor Arriazu (Pamplona, 1948). Arquitecto de profesión, desde joven ha dedicado su tiempo libre a jugar a pelota, a componer música y a escribir. "Empecé componiendo canciones, y cuando iba por la 50ª me di cuenta de que mi papel de letrista me convertía en escritor". Ha trabajado tanto con poesía como con prosa y sus gustos literarios son muy variados: los clásicos, Cervantes o el universo romántico.

Pastor Arriazu quedó finalista del Ateneo de Sevilla 1996 con su sexta novela, Versos virtuales, que no publicó. A pesar del esfuerzo y del tiempo dedicados, tampoco ha sacado a la luz el resto, salvo tres: Pasión de albañil, La treta del corsario y la que ahora presenta.

Ha escrito obras de ambientes muy diversos: sobre romanos, sobre emigrantes o situadas en la Edad Media. Asegura que sus historias no son autobiográficas, excepto en la pasión por la música: "Es la constante que existe en todas. Aunque se trata de algo que siempre podría eliminarse (salvo en Rockero empedernido), me encanta hablar de ella".

En A las 12, en el Iruña introduce el ambiente sanferminero. "Es un tema muy singular y que está poco tratado literariamente". Afirma que nada tiene que ver con Fiesta, de Hemingway: "Si alguien ve similitudes, es pura coincidencia".

Confiesa su objetivo con esta obra: "Ser el escritor que más vende en España y hacerme famosísimo. Es uno de los objetivos frustrados que todos tenemos en la vida. No he triunfado en la escritura, pero me lo paso bien redactando mis novelas".

El autor ha vivido los Sanfermines en primera fila, pero ahora dice ser "un simple asistente, porque los Sanfermines son para los jóvenes". Para él, la esencia de la fiesta ha sido "meterse en ese barullo infecto que hay en la Jarauta". Afirma que Pamplona es el único sitio del mundo donde está bien visto estar ebrio: "Estás borracho y la gente te mira con cierta simpatía".

La novela tiene tres protagonistas: los pamploneses, los extranjeros y los toros. El primer grupo está representado por Saturnino Elizari, un personaje al que le gusta la juerga: "No voy a poner un pamplonés de los que se van a Salou". Al correr en el encierro, Saturnino tiene un incidente con el toro, Campanero. Pastor Arriazu intenta plasmar la reacción del animal en las corridas. "Vista desde fuera, el espectáculo me parece un acto deleznable: miles de tíos gritando sin dejar al pobre torero que trabaje. Pero si estás sumergido en el ambiente de juerga te lo pasas fenomenal". Saturnino también conectará con Shonda, una joven neoyorquina a la que intenta seducir. Terminada la fiesta, el protagonista se trasladará a Estados Unidos para continuar su romance. El tema de la novela es el amor, que "pulula por todos los sitios". El autor también intenta plasmar los intereses de los forasteros: "Cómo aprecian las calles de Pamplona cuando llegan el día 5 y qué piensan cuando después se encuentran con los borrachos".

El escritor describe los Sanfermines desde un punto de vista personal: "Lo fundamental es el encierro, el Chupinazo y la corrida. Mi visión de la fiesta es siempre golfa, irreverente, desvergonzada". No toca el aspecto religioso: "Aunque tratadas con la exquisitez de un escritor, mis novelas carecen de toda afección a la moral cristiana. Pretendo representar el concepto de libertad, que cada uno haga lo que le dé la gana mientras no fastidie a los demás. Así es como nos comportamos todos", concluye.