pamplona. El hombre y sus máquinas acaban de llegar al límite del último bosque vivo con intención de destruirlo. Basajaun, el señor de los bosques, decide luchar, rompiendo una ley antigua: nunca dañarás al hombre. Tras su primer ataque, los trabajadores se negarán a seguir avanzando, por lo que Rick Landtown, dueño de la empresa encargada de arrasar el bosque, decide contratar a Támbrug, un cazador de mitos. El enfrentamiento está cerca... Así arranca Basajaun y las lindes de los bosques, cortometraje de Sergio Morillo en el que personajes de carne y hueso conviven con otros generados por ordenador. La película se estrenará mañana, a las 20.00 horas, en la Filmoteca de Navarra.
Aunque en la mitología vasca Basajaun es bien conocido, el argumento del corto no se inspira en ninguno de los relatos ya escritos, sólo toma la esencia de este emblemático personaje para darle un aspecto y una vida nueva. "Tenía ganas de crear un personaje que resultara lo más real posible y, haciendo pruebas, al final salió un corto", explica Sergio Morillo, que comenzó esta aventura a finales de 2008. Primero contactó con Carlos Bassas, que le había dado clases en la escuela CTL y que se sumó al proyecto en la parte del guión. Sin duda, Basajaun es un corto que, ante todo, "pretende entretener" pero que también contiene un guiño hacia la magia y lo sueños, hacia "la importancia de narrar historias" y hacia la "necesidad de que nos las cuenten". "A pesar de que vivimos en una sociedad cada vez más avanzada desde el punto de vista científico y tecnológico, la mitología y las historias siguen siendo necesarias, seguramente porque siguen siendo la mejor forma que ha existido nunca para transmitir conocimientos y sentimientos", explica el guionista, para quien la película habla también de la memoria. "Mientras recordemos, ya sea a una persona, un cuadro o un lugar, eso seguirá existiendo, nunca desaparecerá", dice. En este sentido, contar historias "también nos conduce a la inmortalidad", de ahí la frase "todo lo que tiene nombre existe", que descansa en el fondo de esta película y de la cultura vasca.
en fondo verde Después de tener el guión, Morillo habló con Javier Chocarro, que presta su voz y parte de sus expresiones faciales a Basajaun, y con otros miembros del grupo Talo, que han dado vida a los personajes de carne y hueso. Junto a la criatura protagonista, hay otros dos caracteres digitales, un insecto palo, "que es como su conciencia", y una cascada de agua, quizá "lo más difícil de crear", cuenta el director, que se ha dejado horas y horas de sueño y de tiempo libre creando los personajes y los escenarios, casi todos en 3D salvo algunos rincones de Urbasa. El rodaje, casi siempre con un croma de fondo donde se han incorporado los elementos digitales, tuvo lugar en agosto de 2010 y, desde entonces, Morillo ha dado forma a una historia que mañana, "por fin verá más gente". "Como llevo tanto tiempo con esto, no sé si he perdido la perspectiva y tengo ganas de que lo vean más personas a ver qué les parece". Después llegarán los festivales y si va bien, quizá el hinchado a cine. Pero ésa es otra historia.