Pamplona. La libertad de la línea, de la artista navarra Merche Goñi Navaz, es la exposición de pintura que ocupa desde el pasado viernes la primera planta del Pabellón de Mixtos de la Ciudadela de Pamplona.

El título de la obra refleja "el contenido del arte de Merche Goñi", como explicó en la presentación de la muestra Fermín Alonso, el concejal delegado de Educación y Cultura. Y es que la autora siempre ha dejado guiar su mano por los trazos que le marca la línea.

Cada una de las 32 obras que componen la exposición, realizadas entre 2006 y 2011, son óleos de composiciones lineales, en los que también está presente el color. Alonso señaló que se trata de "pinturas abstractas, que parecen ser o no" y que dejan al espectador gran libertad para interpretarlas.

La artista comenzó la presentación de su obra afirmando que pintar es lo que más le ha gustado en la vida y que continúa haciéndolo con el mismo entusiasmo de siempre. Desveló que comenzó su carrera con bodegones y retratos. Incluso realizó una exposición con muñecas sobre fondos lisos hace muchos años. Pero hace más de tres décadas descubrió que "la línea es lo más importante para poder hacer un trabajo. Es el tema de siempre", afirmó. Esto le llevó a cambiar su concepto de pintura. Su procedimiento consiste en hacer continuos dibujos, y después otros más definitivos con color. "Finalmente, ya los pienso sobre óleo". Confesó que no corrige sus obras, que siempre quedan hechas "en el primer toque". "Llevo a cabo un trazo ligero y rápido. En eso consiste la libertad de la línea". Esta técnica que podría parecer improvisada es posible gracias a que Merche Goñi tiene estudiada la composición de su obra de antemano: "Hay que pensar en las líneas, pero además en la fuerza interior que hay en el cuadro", explicó.

La pintora señaló que es muy importante trabajar los fondos. "Unos son más lisos y otros menos. En alguno hay una explosión de color", describió. Una vez realizados los fondos, la artista navarra explicó que llega la hora de las formas. "Solo hago la línea, y la trazo con toda la libertad. Me voy a la esencia, y voy dibujando de tirón una línea continuada".

Casi todos los cuadros de la exposición tienen unas dimensiones de 100x81 y de 130x97 centímetros. "Si fuesen más grandes, sería difícil trasladarlos". Además, hay algunas obras de tamaño menor, de 30x40 centímetros, sobre las que la artista comentó: "Son cuadros entre medio. Los realizo mientras se me seca uno grande, para no quedarme sin pintar".

A pesar de que muchos de sus cuadros son abstractos y de que dejan gran libertad de interpretación al público, otros se aproximan más a lo figurativo: "Con la línea delimito zonas, y a veces realizo obras abstractas y otras veces resultan figuras más reconocibles, pero tampoco son figurativas". La artista señaló que la técnica para realizar un tipo de obras no difiere mucho de la de las otras: "Solo hay un pequeño paso de la abstracción a la figuración. Yo solo trazo la línea, y de repente le doy la vuelta y en un momento aparece un ojo". El límite entre la abstracción y la figuración es endeble para la pintora: "Si le quito el ojo, ya no es nada reconocible", afirmó.

En cuanto a la respuesta que espera de esta exposición, confesó: "La gente ya me conoce, y por eso sé que no voy a tener problemas". Explicó que son cuadros para ver más de una sola vez. Le gusta que el público le comente lo que ve en sus obras: "Es como un juego. A veces me dicen que las pinturas reflejan objetos en los que yo ni siquiera había pensado. Por eso no pongo títulos, porque hay que dejar libertad a los espectadores", concluyó.