Una toalla extendida sobre el césped del campus y dos cuerpos acaramelados que se olvidan de las clases y del mundo. O eso es lo que pretenden aparentar. A su lado, Claudia y Sofía –amigas de Judith– les insinúan que en algún momento se tendrán que “liar en serio”. Y el trapero se abalanza sobre la protagonista, quien le pide que se detenga. Las amigas proponen una palabra de seguridad –booty con la que poder frenar este acontecimiento. Pero él no hace caso y sigue besando a Judith. Y Sofía, muy enfadada, lo aparta. Él le da una cachetada en el culo a Claudia y Sofía responde con una bofetada. “Rubén se ha ido y no sabemos si lo ha visto”, dice Claudia preocupada, mientras Judith se marcha indignada, sin prestarle atención a que justo después tiene un control de Contemporánea.

Este fragmento pertenece a la escena número 14 del cuarto capítulo de Millenial Mal, una miniserie original de Filmin, producida por Tornasol Media y codirigida por Lorena Iglesias (también creadora) y la navarra Andrea Jaurrieta, que se estará rodando hasta finales de junio en la Universidad Pública de Navarra.

A través de cinco episodios de no más de media hora, se relata la vida de Judith, una auxiliar bibliotecaria de más de 40 años que está atravesando un momento crítico de su vida: ha perdido su empleo y tiene que asumir una deuda inesperada. Y, entretanto, recibe una beca universitaria que es para menores de 30 años.

Esta producción nació como homenaje a las comedias universitarias “de chicas” de los años 90 y principios de los 2000, como Clueless o Mean Girls, que, a su vez, se encuentra motivado por la curiosidad que siente Lorena Iglesias hacia lo nuevo: “Me interesan las tendencias, la música y el lenguaje de los jóvenes. Me gusta estar conectada con el presente, aunque no siempre sea fácil”, expresó la creadora durante una rueda de prensa.

De hecho, mencionó que el propio guion de la serie se ha reescrito varias veces para que estuviera actualizado en la jerga juvenil. Por otro lado, reconoció que, en sus tiempos, no pudo vivir su juventud como quiso porque “las mujeres teníamos muchos más miedos y presiones”. De esta manera, la serie se plantea como una deuda que la sociedad tiene con las mujeres de nuestra generación, apuntó.

En contraposición con esta imagen, Iglesias se dio cuenta de que la generación Z vive la vida con mucha más libertad, así que esta producción es una forma de imaginarse cómo habría sido su juventud en la actualidad, sin la vergüenza o los miedos que sufrió en el pasado. Así, Judith, el personaje que ella misma interpreta, dinamiza esa exploración de una adolescencia no satisfecha con la que espera remover a los espectadores de la serie.

En ese sentido, reconoció que le provocan “rabia” los reproches a los apodados como boomers por no estar actualizados sobre ciertas tendencias. “De hecho es que ellos son los boomers porque todo el mundo en algún momento se ha sentido desactualizado. Por eso, me parece que Judith es un personaje muy interesante, porque se expone mucho en este aspecto”, indicó.

Comunicación intergeneracional

Asimismo, uno de los grandes objetivos de este trabajo es abordar la comunicación intergeneracional entre mujeres, que es un aspecto que muchas veces no se tiene en cuenta. “Tendemos a pensar que las relaciones de amistad intergeneracionales son un poco raras y hasta perversas, y, en realidad, ese relato compartido entre mujeres de diferentes generaciones son las que rompen el relato patriarcal”, declaró Lorena.

Por otro lado, la serie también refleja la formación audiovisual que ha tenido la guionista –que bebe de las series de televisión de comedias de mujeres jóvenes escritas por autoras como Tina Fey y que fueron denostadas en su época, de manera que también se convierte en un homenaje a esas producciones.

Un rodaje de cinco semanas

Por su parte, Andrea Jaurrieta –directora navarra que ha realizado otros trabajos como Nina o Cochinas– mencionó que el rodaje tendrá una duración de cinco semanas y que se asentará, sobre todo, en el aulario de la UPNA. “Hemos empezado bien, una vez más rozando el underground en cuanto al tiempo, pero este ritmo le va bien al tono de la serie”, comentó.

En lo que respecta al reparto, la serie cuenta con nombres de artistas conocidos –como el cómico Vito Sanz, Flankofonki o Benyart– y con otras caras menos conocidas, pero en las que ya han confiado en otro tipo de trabajos; por ejemplo, el actor navarro Daniel Vitallé. Y este cartel se completa con Fernando Nagore y las actrices Paula Gala, Isa Calderón, Victoria Oliver, Miriam Rubio y la propia Lorena Iglesias. “Los nombres famosos no llenan los cines. Y nosotras contamos con un cast maravilloso, que está comenzando y que tiene un talento increíble”, concluyó Jaurrieta.