Doblemente invisibles
la directora navarra diana nava estrena en madrid un documental sobre la vida de mujeres discapacitadas
Producido por la delegación madrileña de la Federación de Organizaciones en Favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (Feaps), y con el patrocinio de Loewe y GMP, este trabajo en vídeo es un intento de "poner en valor" a estas mujeres, un total de 15.000 en la Comunidad de Madrid, que deben luchar para saltar las barreras que se cruzan en su camino por su condición femenina y su discapacidad. Una ración doble de obstáculos para un colectivo que la sociedad condena a la invisibilidad. Para tratar de revertir esta situación, Feaps ha querido volver a contar con Diana Nava después de El cielo era el techo, documental sobre ocio inclusivo con el que la directora ganó en 2010 el Premio Nacional de Reportaje Social y Solidario. "Esta vez ha sido más interesante; la idea requería un proceso de documentación más amplio y conocer bien a estas mujeres para saber qué íbamos a retratar de sus vidas", cuenta Nava.
Desde Feaps querían aprovechar la ocasión para plasmar cinco temas concretos, de modo que escogieron a cinco mujeres que los representaran.
cinco vidas
Noelia, Mari Luz, Mª Ángeles, Lourdes y Esther
Uno de los temas del documental es la maternidad. Este capítulo está protagonizado por Esther, una mujer con discapacidad intelectual que "ha sacado adelante a su hija, de 3 años, que no tiene ninguna discapacidad", cuenta Nava, que también ha filmado la vida de Mari Luz, una treintañera "con una situación familiar muy complicada", a la que le mueve, sobre todo, su trabajo en un centro especial de empleo.
El documental no esquiva las "cuestiones peliagudas" como la violencia de género. Una temática encarnada en Mª Ángeles, que no ha vivido estos abusos en primera persona, pero se encarga de formar en estos asuntos a personas con discapacidad intelectual. En su caso, Lourdes es una madre "volcada absolutamente" en el cuidado de María, su hija, que padece autismo severo y es totalmente dependiente. Y, por último, está Esther una joven con discapacidad que estudia en la universidad un curso para poder convertirse en profesora de personas con discapacidad. Eso es "rizar el rizo", admite Nava, que en esta historia también se centra en la sexualidad y las relaciones de pareja. No en vano, Esther lleva casi doce años con Rafa, su novio de toda la vida, "y los dos tienen los sueños de cualquier pareja, encontrar trabajo, casa...", añade la directora, para quien lo más importante de esta película es que refleja la discapacidad "con naturalidad". En su opinión, "estas mujeres son como cualquier otra, se enamoran, trabajan, estudian o sufren violencia, solo que su invisibilidad es mucho mayor". Además, quizá ha llegado el momento de "olvidarnos un poco de sus discapacidades para pensar en sus capacidades", añade.
intereses
De la ficción al documental
A Diana Nava, la discapacidad le resulta un tema interesante que habría que abordar más desde el medio audiovisual. Será que lo ha vivido "como algo normal" desde que era pequeña. "Mi padre trabajaba en un centro para discapacitados y yo iba allí a estar con los chavales", cuenta la directora, que también fue monitora en los campamentos de verano de Anfas. Además, en la actualidad estudia Psicología por la UNED y quiere especializarse en este ámbito.
Aunque comenzó por la ficción y habitualmente se dedica a realizar castings, Nava ha descubierto durante estos últimos años que el documental "es lo mío, lo que me gusta". Y no sólo porque puede contribuir a cambiar, siquiera un poco, la realidad, "que también", sino sobre todo porque "hay tantos mundos en este y son tan interesantes".