Los más viejos del lugar todavía recuerdan el concierto que, a comienzos de los ochenta, ofrecieron Radio Futura y El Último De La Fila en el pabellón Anaitasuna de Pamplona. Eran dos de los grupos más pujantes del panorama nacional en un momento en que aquello la movida madrileña vivía sus años de máximo esplendor: curiosamente, ninguna de las dos bandas provenía de la la capital, aunque fue allí donde dieron sus primeros pasos en la industria. Todo estaba por hacer y todo se hizo.
A día de hoy, tras el reciente anuncio del regreso del dúo catalán a los escenarios, Radio Futura es uno de los pocos grandes grupos de los ochenta que no ha querido volver a reunirse para echarse a la carretera, reverdecer viejos laureles y, de paso, llenar el bolsillo, que nunca viene mal. Desde luego, en el caso de los maños, no habrá sido por falta de ofertas. Hoy en día, el retorno parece ya imposible (Enrique Sierra, guitarrista del combo, falleció en 2012).
CONCIERTO DE SANTIAGO AUSERÓN
FECHA: 16/05/2025
LUGAR: Zentral
INCIDENCIAS: Buena entrada, en torno a seiscientas personas. Santiago Auserón (voz y guitarra), David Pastor (trompeta), Vicenç Solsona (guitarra), Isaac Coll (bajo), Gabriel Amargant (saxo tenor y clarinete), y Pere Foved (batería).
Ambiciones artísticas
El final de Radio Futura llegó cuando sus miembros se hartaron de las dimensiones mastodónticas que había alcanzado su proyecto. Por una vez, las ambiciones artísticas pudieron más que las económicas. Santiago Auserón, cantante y front man del grupo, quería profundizar en sus investigaciones sobre la raíz común de música negra que comparten estilos tan aparentemente dispares como el jazz de Nueva Orleans o el son cubano.
De todos estos estilos ha ido impregnando sus canciones en una fértil carrera en solitario que cumple este año su trigésimo aniversario. A Pamplona vino con un nuevo proyecto, La Academia Nocturna, un quinteto de músicos (guitarra, bajo, batería, trompeta y saxo/clarinete) que ayuda a Auserón a vestir algunas de sus mejores canciones con arreglos de rock’n’roll primitivo, soul, rythm’n’blus, jazz y son cubano.
Dos bloques
El concierto de Zentral estuvo dividido en dos bloques claramente diferenciados. El grueso de la actuación, en torno a noventa minutos, estuvo dedicado en exclusiva a su etapa solista, con el añadido de alguna inédita. En ese tramo se pudo ver al Santiago más amante del riesgo, eludiendo sus canciones más conocidas y empleándose a fondo con las escogidas, tanto en su interpretación (¡qué bien canta y cuántos registros tiene, carajo!) como en la presentación del repertorio, explicando al respetable la historia que lo inspiró o alguna particularidad de su estilo o instrumentación.
Es aquí donde hay que mencionar la exquisitez de su banda, que hizo viajar al público desde el son de los mares del Caribe (como en Quemando caña) hasta el jazz y el swing de las profundidades del río Mississippi (como en El forastero).
El segundo bloque fue el de los bises, en torno a media hora, y estuvo íntegramente dedicado al recuerdo de Radio Futura: El puente azul, Semilla negra, El canto del gallo, La negra flor (que no estaba prevista) y La estatua del jardín botánico. Fue, obviamente, la parte más bulliciosa, historia pura del rock nacional. Un fin de fiesta perfecto. Algo de memoria y mucho porvenir.