A Lorenzo Ondarra: Una vida dedicada a la música
escojo deliberadamente la vía epistolar, porque me parece la más auténtica para dirigirme al maestro, al hombre, al amigo y compañero dilecto. Lorenzo, el pasado viernes día 25 del mes actual, el Orfeón Pamplonés, el Coro San Fermín, el Conservatorio Superior y la Asociación de Txistularis te dedicaba un concierto-homenaje en tus 80 años y era el homenaje mejor diseñado y realizado para "toda una vida dedicada a la música". El homenaje resultó redondo, me atrevo a decir hasta triunfal. La sala de Cámara del Auditorio Baluarte repleta, con todos los amantes de la buena música y con todos tus admiradores dispuestos a reconocer tu valía y tu talla musical. Los continuos aplausos a cada intervención de tus composiciones de txistu, de órgano, de coro San Fermín Abesbatza, de conjunto instrumental: txistu, guitarra, violín, viola, violonchelo, acordeón y percusión y la majestuosidad sonora del Orfeón Pamplonés con el estreno de tu Pater Noster fue la consagración o la culminación de tu obra magna. Y como dicen ahora, fue una gozada.
Querido Lorenzo: cuando tanto Fermín Iriarte como José Luis Ansorena se referían a tu obra musical, a la "delicadeza" y sutilidad de tu música como a un tejido de notas hecho con elementos del folklore vasco, de la ternura de una melodía que se repite y se renueva, que se deleita y juguetea, pero que también enlaza con las exigencias de una música de vanguardia, y los dos contrataban tu sencillez y hasta tu extrañeza cuando escuchabas tu propia música, yo disentía del juicio pontifical que, en boca del amigo Fermín Iriarte, te echa en cara tu humildad excesiva y que a él le parece, en tono amistoso que eres "tonto".
No, no estoy de acuerdo con Iriarte cuando te identifica con el desprovisto de autoestima, con el reducido a pobre hombre. Pienso que a ti y a tu valía le cuadra mejor aquella sentencia un tanto alambicada de Ortega cuando definía al artista: "Ser artista es no tomar en serio al hombre que somos cuando no somos artistas". ¿Te acuerdas, querido Lorenzo, de la película Amadeus y de aquellas risitas del genial Mozart que dejaban desconcertados al Rey, a la Corte y al envidioso de Salieri? En una de sus explicaciones de vídeo decía Ansorena que tú también mostrabas tu extrañeza con una sonrisa incrédula al escuchar tu música. Así sois de auténticos y de singulares los talentos. Extraños hasta para vosotros mismos.
Tú no estabas esa noche de tu consagración musical en la Sala de Cámara del Auditorio Baluarte. Una pena para ti y para tus admiradores, porque hubieras disfrutado como el que más escuchando con arroba y atención las notas del Aitziber, Biotz-Batez, Santa Loa, Haurra logale da, Gaur dala eguberria, Sakandar, Pater Noster, Laudes, Axuri Beltza y del Agur Jaunak. Yo sé que hubieras llorado de emoción y hubieras sido testigo de que los Artagnang allí presentes éramos "todos para uno y uno para todos".
Alguno de los intervinientes elogió tu música diciendo que eres el continuador de la obra del padre Donostia en su faceta de investigador de melodías y de arreglos de partituras, de tu condición de buscador de música popular de Euskalherria. Y traía a colación el ponente el juicio de Pérez Ollo de que tú eres el músico que ha cogido el relevo del padre Donostia y que más ha hecho por la música vasca. No lo dudo; pero creo que tú lo has perfeccionado o lo has enriquecido con tus aportaciones y matices, con tu técnica y tu sentimiento. Iriarte, que te canta y te aprecia en el Reyno de Navarra, te pedía que sigascomponiendo para goce de todos cuantos amamos tu música y que sigas lanzando al aire y los espacios del arte tus juguetes musicales, el ruido de tus metales y el "irrintzi" de los txistus.
Lorenzo, el Orfeón Pamplonés, de la mano maestra de Igor Ijurra, no deleitó con la primicia de tu Pater Noster, cantado por 70 orfeonistas. Esa música era como un alzamiento en el Monte Tabor y una aceptación de aquella ingenua ocurrencia del apóstol Pedro "Maestro, qué bueno es quedarnos aquí" saboreando la melodía hecha oración, sintiendo a Dios entre nosotros, como Enmanuel. En esa composición reciente, como si fuera casi la postrera de tu fecunda vida, estaba tu veta de místico, al estilo de fray Juan del la Cruz: "Entréme donde no supe y quedéme no sabiendo- toda ciencia trascendiendo".
Lorenzo, hubo momentos en esa noche de tu concierto homenaje que uno estaba a punto de llorar y sentir todo el inmenso latido de este Euskalherria que se expresa mejor por la música y por tu música. Zorionak, Lorenzo, maestro entre los maestros, ¡niño bueno!
El Orfeón Pamplonés, el Coro San Fermín, el Conservatorio Superior y la Asociación de Txistularis le dedicaron un homenaje en su 80 cumpleaños
Más en Cultura
-
Pamplona acogerá el 13 de diciembre un concierto-homenaje al compositor navarro Lorenzo Ondarra
-
'Aro Berria', de Irati Gorostidi, preseleccionada para el Premio Feroz Arrebato de Ficción
-
Fallece Steve Cropper, icono del sonido Stax y guitarrista de los Blues Brothers
-
Qué hacer y qué ver en Navarra y en Pamplona: agenda cultural