madrid. Convencido de que hay ciertas "personas malvadas que en aras del bien deben ser eliminadas", el peruano Jaime Bayly se mete en su última obra, la trilogía Morirás mañana, en la piel de Javier Garcés, un escritor diagnosticado de cáncer, que venga sus últimos días con el asesinato de sus peores enemigos.

Integrada por El escritor sale a matar, El misterio de Alma Rossi y Escupirán sobre mi tumba, la trilogía que el autor peruano ahora presenta en España está inspirada en personas que conoció y con las que luego se enemistó. En una entrevista con Efe en Madrid, el también presentador de televisión opinó que "todos tenemos enemigos cuya muerte no nos apenaría", pero no los matamos porque las reglas de la convivencia nos lo impiden. "No se justificaría -dijo- el placer con el castigo posterior". Para el novelista, el mundo literario es un buen ejemplo de rencores, aversiones y vanidades. "Los escritores se pasan la vida odiando a sus editores, a los jurados de los premios y a otros colegas que no les rinden la debida pleitesía", dijo el autor, quien tras debutar en el periodismo inició su carrera como escritor en 1994 con No se lo digas a nadie, después trasladada al cine.

Bayly (Lima, 1965), Premio Herralde 1997 y finalista del Planeta en 2005, no tuvo empacho en reconocer que se sintió "humillado" y "fascinado" por la trilogía de Stieg Larsson, lo que dio origen a Morirás mañana (Alfaguara). En el punto de partida de esta trilogía, ágil y divertida que revela a modo de parodia entresijos del mundo literario y periodístico, está un grave diagnóstico médico que recibió el autor, aunque se reveló "exagerado". El protagonista de Morirás mañana en la obra cree tener cáncer y es "una proyección oscura y desesperada del hombre asustado" que era Bayly cuando los médicos le diagnosticaron una enfermedad terminal, que finalmente no lo fue. "Antes era adicto a escribir novelas. Ahora, a matar personas a las que odio o desprecio o a las que simplemente me divierte matar", dice el protagonista de la novela quien ejecuta sus asesinatos en Perú, Chile y Argentina, países por los que Bayly siente predilección. De su relación con Perú reiteró su intención de no regresar en los próximos años. Sin embargo, y tras aclarar que no votó a Ollanta Humala en las elecciones de 2011 -en las que el escritor fue candidato- reconoció que el presidente peruano está haciendo las cosas "moderadamente bien".