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'Mareas', las mujeres de la costa vasca

'Mareas', las mujeres de la costa vascaBorja Guerrero

pamplona

LA historia ha sido ingrata con la mujer, también con la vasca. La historia escrita, que durante siglos se ha centrado sobre todo en el poder, ha relegado a la mujer a la condición de atrezo (en el mejor de los casos) y la ha sorteado hasta límites bochornosos. Los libros de historia se han olvidado de ella, pero su presencia es notable en infinidad de documentos, y a ellos han recurrido los historiadores durante los últimos años, tratando de rescatar nombres y vidas, hechos y luchas.

Toti Martínez de Lezea lleva años arrimada a los perfiles femeninos, que abundan en sus libros. La herbolera, La abadesa, La hija de la luna, Sorginak, su personaje Nur..., son solo una pequeña muestra de este afán por hacer que la mujer cobre el protagonismo que la historia le ha negado. Rizando el rizo, la escritora gasteiztarra presenta ahora un proyecto curioso, Mareas (Ttarttalo), un libro que compila 35 relatos de ficción y con el que pretende "recuperar la memoria de las mujeres de la costa vasca, tan ignoradas y al mismo tiempo tan presentes a lo largo de la historia de nuestros pueblo".

Toti rememora en este nuevo trabajo las andanzas de mesoneras, esclavas, contrabandistas, empresarias, curanderas, alcahuetas, matronas, erromintxelas, bateleras o corsarias, conformando un abanico de mujeres y situaciones muy diferentes que se producen a lo largo de veinte siglos. Ella asegura que se ha divertido, pero no tanto. "Claro que me lo he pasado bien escribiendo estos relatos, pero ha sido duro, porque he tenido que documentarme mucho. Las 35 historias están ambientadas en distintas épocas, y he tenido que recurrir a muchos libros para situarlas bien", asegura la gasteiztarra.

mujer audaz En la mayoría de los relatos Toti muestra a una mujer audaz, inteligente y emprendedora, que se resiste a ser mera comparsa de los dictados del hombre. "La mujer de la costa ha sido siempre así, ha tenido que luchar mucho en soledad y tiene un carácter especial. No han sido sumisas, ni mucho menos, han sido mujeres duras porque han tenido que asumir -también- el rol de sus maridos mientras estos estaban en la mar. Algunas de las historias que cuento en el libro están basadas en hechos reales, como la de las dos hermanas que fletan un barco en Zumaia o la historia de la mutrikuarra Isabel de Lobiano, que se enfrentó a la Iglesia y a la Administración de la época -siglo XVI- por amor. Otras, en cambio, son ficticias pero están ambientadas en momentos concretos de nuestra historia. La mujer ha sido protagonista activa en todas esas etapas, y los historiadores se están encontrando ahora con esa realidad incontestable", incide.

La escritora gasteiztarra, afincada en Larrabetzu, ha moldeado perfiles diversos, pero que siguen un mismo patrón: "Sí, se trata de mujeres con carácter, pero de diferente sino: la mujer que se casa por amor, la que casan por conveniencia, la mujer violada, la que decide vivir con otra mujer, la mujer que decide no vivir con nadie,...".

Los historiadores modernos están reparando el daño causado por sus antecesores, y hay quien piensa también que la novela histórica ayuda a completar ciertas lagunas. Toti regala una sonrisa dilatada y asume que "es una buena opción, no para reescribir la historia, pero sí para aupar a la mujer al lugar que le corresponde en la misma".

matriarcado Se ha dicho muchas veces que la vasca ha sido una sociedad matriarcal, pero Toti se apresura a puntualizar esa creencia: "En el Paleolítico, la creencia en una diosa madre es general en todo el mundo; luego desaparece y aparece el dios padre, pero aquí, en Euskal Herria, se sigue creyendo en Amari -que no Mari-. Aunque sea de una forma folclórica, pero se ha mantenido. Eso quiere decir que aquí la gente creyó durante más tiempo en una diosa madre. Ese es el verdadero matriarcado, no el poder de la mujer, que nunca lo ha tenido, tampoco en Euskal Herria".