Rock and roll con mayúsculas cero a la izquierda, against the waves y la fuga
Fecha y lugar. Sala Luyber, San Adrián. Viernes, 4 de enero. Incidencias. 500 espectadores.
LA jornada del pasado viernes en San Adrián tuvo un denominador común y sobresaliente, el rock, en casi su más amplia concepción.
En primer lugar subieron al escenario los navarros Cero a la Izquierda, grupo que concursó pocos meses después de haber lanzado su primer álbum, La vela muda. Radicados en el rock urbano, marcado a fuego en sus canciones por grupos como Marea, Barricada o La Fuga, la formación se mostró exquisitamente compacta a pesar de su juventud. El escenario no se les hizo grande para nada y supieron exprimirlo en toda su amplitud. A destacar las letras, con sentido, calle y literatura, el carisma de su frontman y el trabajo de Sergio a las guitarras.
En segundo lugar, y también a concurso, asaltaron, más que subieron, el escenario los madrileños Against the waves. Entre el metal, el trash y el hardcore, desempolvaron hasta el último tímpano con sus entrelazadas voces ora guturales ora melódicas. Sacudidos a sus vez por algunos de los riffs de guitarras más potentes escuchados hasta el momento en el certamen, el detalle (los detalles) corrieron a cargo del sintetizador, elemento que han conseguido integrar de forma sobresaliente en sus canciones. Su puesta en escena, además de apuntar una entrega fuera de toda duda, consiguió meter al público, que en gran parte ya bebía los vientos por La Fuga, en el bolsillo. Sin duda, una banda a seguir en la escena del metal moderno que hubiera tenido (sin por supuesto menospreciar a Cero a la Izquierda, simplemente por homogeneidad) su complemento perfecto en Dawn of the Maya, banda navarra clasificada para la fase final que no ha podido actuar debido a un accidente sufrido por su guitarrista.
Con los ánimos brevemente calmados, llego el momento de La Fuga, grupo que dio desde el minuto uno todo un recital de lo que tiene que ser una banda de rock and roll en directo. Nando, Edu, Raúl y Pedro disfrutan como enanos sobre el escenario y ese éxtasis se traslada inevitablemente hasta un público que no cejó en su empeño por corear los temas. Pedro se ha hecho de manera sobresaliente con el papel de frontman, sabe lo que hace en todo momento y sabe que lo hace muy bien, buscando casi a cada instante la conexión con el respetable. Pedazo de morón, Arde el viernes, Baja por diversión o Sueños de papel fueron algunos de los pilares sobre los que construyeron su lección de rock and roll. Lección que, como no podía ser de otra manera tuvo su broche final, con el público entregado y la banda asaltando las primeras filas, con P'aquí, p'alla. Sin duda, ardió la noche en San Adrián a golpe de rock and roll.