tudela. Alguien no quiso que la presentación al mundo de la Expo'92 de Sevilla se convirtiera en el escaparate de las miserias de una ciudad que, a 800 metros de la celebración del gran evento, se caía a pedazos de pura pobreza. Por eso, se puso en marcha una "política de limpieza" en la que colaboró la Policía. Sobre esta "realidad y otros hechos ocurridos en Valencia o Madrid", el director andaluz Alberto Rodríguez construyó Grupo 7, una película ya incluida en el género policiaco en la que un sólido guión de Rafael Cobos y la potencia interpretativa de los actores componen una historia llena de brío y claroscuros morales y éticos.

Rodríguez, que presentó el largometraje ayer en la Muestra de Cine Español de Tudela acompañado de su productor de cabecera, José Antonio Félez, regresa a los años previos a la Expo y cuenta la historia de un grupo de policías a los que se les encarga limpiar las calles. Antonio de la Torre, Mario Casas, Joaquín Núñez y José Manuel Poga dan vida a cuatro agentes que, conforme desempeñan su cometido, se adentran en un pozo de mentira, corrupción, crudeza e hipocresía.

germen y resultado Como desveló Félez, casi 400.000 espectadores han respondido ya en taquilla a una película que se estrenó en abril del pasado año y que, como destacó su director, "ha sido una lanzadera para los intérpretes". De las 16 nominaciones a las que optaba Grupo 7, dos cuajaron: Una, la de actor revelación (Joaquín Núñez), y la otra la de mejor actor de reparto (Julián Villagrán). Para el productor del proyecto, "es una película de actores, con un inmenso trabajo del director y un guión con personajes muy bien diseñados". Y para Alberto Rodríguez, la manera de dar salida a "una trama en la que el referente fue la película francesa Ley 627 (Bertrand Tavernier). También utilizamos como referente visual la serie Brigada central, que se hizo a partir de las novelas de Juan Madrid, y nos quedamos con algo muy comedido para que la recreación de los años 80 no despistara al público del fondo de la historia". En cuanto a ese extremo, el director andaluz no obvió la realidad que sirve de pretexto al largometraje. "Existía la ciudad del siglo XXI que era La Cartuja y a unos metros una bolsa de pobreza y droga bestial que se mandó a las afueras", dijo.

Tampoco se mostró benevolente con el trato recibido por el mundo del cine tras la ceremonia del los Goya. "No ocurrió absolutamente nada fuera de lo común y se lió parda al día siguiente. Una semana después, la primera dama de Estados Unidos estaba dando el Oscar a la mejor película. No hay mayor diferencia entre una gala y otra. Con eso está dicho todo", apuntó.