pamplona. El espíritu creativo y el "hambre de modernidad" de los arquitectos guipuzcoanos José Manuel Aizpurua y Joaquín Labayen revive en una exposición inaugurada ayer en el Museo Oteiza de Alzuza. Visitable hasta el 6 de octubre, la muestra, que lleva por título ¿Cuándo habrá arquitectura? José Manuel Aizpurua & Joaquín Labayen, acerca al público más de 150 objetos, fotografías, dibujos, planos, documentación y maquetas de algunos de los proyectos más significados realizados por estos dos autores vascos, arquitectos emblemáticos del movimiento racionalista europeo de las primeras décadas del siglo XX.
El donostiarra José Antonio Aizpurua (1902-1936) y el tolosarra Joaquín Labayen (1900-1996) acabaron sus estudios en 1927 y trabajaron juntos desde ese año hasta 1936, en que el primero, miembro de la Falange, fue fusilado en la cárcel de Ondarreta de su ciudad natal. Muchos de sus proyectos arquitectónicos no se llegaron a construir, pero el Club Náutico de San Sebastián (1929) "constituye un hito en la historia de la arquitectura del siglo XX", tal y como se recordó ayer en la presentación de la exposición en Alzuza. Comisariada por José Ángel Medina y Santos Bregaña y producida por Koldo Mitxelena Kulturunea, la muestra se expone en el Museo Oteiza gracias a la colaboración de la Delegación de Navarra del Colegio de Arquitectos Vasco Navarro (COAVN) y de la Mancomunidad Comarca de Pamplona.
El recorrido incluye numerosos planos originales, dibujos e imágenes de los proyectos más significativos de los autores, así como las maquetas de 6 proyectos concebidos entre los años 1927 y 1935 y que no llegaron a construirse, en los que Aizpurua y Labayen colaboraron con otros autores como Lagarde, Aguinaga o Sánchez Arcas. "En esos proyectos se ve la riqueza del repertorio estilístico de Aizpurua y Labayen, a los que les interesó tanto el racionalismo como el neoplasticismo, y otras cuestiones más vernáculas", señaló Santos Bregaña, quien consideró que "si no hubiese habido la herida de la Guerra Civil española, que eclipsó en nuestro contexto la obra de estos arquitectos, ésta habría dado resultados sorprendentes".
nueva arquitectura En palabras del director del Museo Oteiza, Gregorio Díaz Ereño, "Aizpurua y Labayen fueron fundamentales en un momento fantástico en lo creativo, los años 30. Introdujeron la modernidad y ayudaron a jóvenes artistas entonces, como Jorge Oteiza, a descubrir las vanguardias que se estaban llevando a cabo en Europa, a través de las revistas y publicaciones que estos arquitectos manejaban en su estudio de San Sebastián".
La exposición, que según los comisarios "da cuenta de la frescura y las ganas de crear de estos arquitectos", refleja una manera más científica y racional de concebir la arquitectura que permitió en aquel momento construir viviendas más baratas y de mayor dignidad que las construidas hasta entonces con la sencilla aplicación de la máxima de la eficiencia científica y una estrecha colaboración con el mundo de la industria. En ese contexto, Aizpurua redactó en 1930 el manifiesto ¿Cuándo habrá arquitectura?, que da título a esta muestra, en el que concatena una serie de denuncias sobre el panorama constructivo de la época, y recoge las cuestiones que la nueva arquitectura debe solucionar. Desde la primeras palabras del texto -"La arquitectura en España no existe; no hay arquitectos, hay pasteleros"-, el donostiarra arremete contra todas aquellas actitudes que él considera perjudiciales para la arquitectura. El argumento más presente tiene que ver con esta idea del arquitecto "pastelero" más preocupado por la composición de sus edificios que por el verdadero espíritu de servicio que debe ocupar al trabajo del arquitecto. Mensajes, que según dijo ayer José Ángel Medina, "debemos encarnar y reivindicar en este momento en que las leyes solo miran los presupuestos económicos".