pamplona. La realizadora navarra Diana Nava y el equipo profesional que viajó con ella a Argelia en noviembre han regresado recientemente del asentamiento de Dajla donde han grabado una de las partes principales del documental Coría y el Mar, que narra las experiencias de mujeres saharauis.

Ahora, comienza la fase de montaje del proyecto, que en el terreno ha contado con la coordinación de Tiba y Brahim Chagaff y con la aprobación del Ministerio de Cultura de la RASD (República Árabe Democrática Saharaui Democrática). En el equipo también trabaja otra navarra, Ainara Pagola, responsable de las tareas de producción y ayudante de dirección. La idea de Nava es hacer dos versiones de la película, una de 70 minutos, que circularía por festivales y salas, y otra de unos 50 minutos, para televisiones. En la actualidad, las productoras buscan financiación para la postproducción.

lucha diaria Coría es una niña de 11 años que simboliza la esperanza de su pueblo. Sí conoce el mar, pero no el de la Dajla original, sino el de la plaza de El Saler, en Valencia, adonde viaja todos los veranos apadrinada por una familia española. En realidad, ella vive en el campamento bautizado con el nombre de la ciudad de origen de su familia y sueña con asomarse al mar que pertenece a su pueblo. Precisamente, sus sueños constituyen la parte ficcionada de este documental que también cuenta la historia de Raabub, una doctora que emigró a Vitoria; Salka, que pelea por la salud de sus vecinos desde el dispensario de su dayra; Fatma, fundadora y directora de la Escuela de discapacidad intelectual del campamento de Dajla, y Mamía, una adolescente cargada de ilusiones.