pamplona - En 1999, Joseba Salegi Ziordia (Alsasua, 1957) estrenó Ione, sube al cielo, su ópera prima. El argumento se inspiraba en un trabajo que él mismo había dirigido una década antes. Se titulaba Sor María del Corazón de Jesús y narraba la vida de la fundadora de las Siervas de Jesús. Era "una peli de monjas, pagada por monjas y solo para monjas", explica el realizador, que contó con José Antonio Vitoria y Michel Gaztambide para el guión, "uno de los mejores que he leído". Con el primero volvió a colaborar diez años más tarde para abordar su primer filme, que, precisamente, cuenta las peripecias de un equipo cinematográfico al que le encargan grabar una historia sobre la superiora de una congregación. Esta tarde, la Filmoteca de Navarra exhibirá fragmentos de aquella primera película, que ha permanecido prácticamente inédita, y proyectará a continuación Ione, sube al cielo. En la cita (20.00 horas), Salegi estará acompañado de varios de los miembros del equipo artístico como Anabel Arraiza (Ione) e Iñake Irastorza (monja ecónoma) y de Kike Díaz de Rada (productor).
Ione, sube al cielo fue un empeño personal de Salegi, al que le daba rabia que Sor Corazón apenas fuera conocida siendo un producto "que nos quedó cinematográficamente muy bien". Tanto, que "un amigo director de cine ha llegado a catalogarla a la altura del cine religioso de Dreyer". "Quería reivindicar cómo un equipo de cine vasco se había visto inmerso en el rodaje de una película para monjas". Además, el alsasuarra siempre tuvo claro que quería que su primer largo "estuviese enmarcado dentro del cine vasco para afianzar mis raíces", y lo consiguió, ya que el elenco, los técnicos y la producción procedían de distintos lugares de Euskal Herria y la cinta se filmó entre Donostia y el Monasterio de Iranzu. Sin embargo, el resultado económico no fue el deseado. "No sé si cuando las monjas se enteraron de que iba a rodar Ione se pusieron a rezar todas juntas para que saliera mal", bromea. Lo cierto es que desde entonces no ha vuelto a dirigir, aunque ya se encuentra buscando la financiación para La tecla rota, que cuenta la relación entre un anciano cascarrabias y la mujer que le cuida, una caribeña extrovertida que usará su imaginación para domesticar al hombre al que acompaña. En 2010, el INAAC le concedió 5.000 euros para desarrollar esta historia y desde entonces ha escrito ya cinco versiones de un guión que ha ido elaborando de una manera muy original. Y es que hasta ahora ha sumado unos 200 lectores al proceso, entre los que hay colegas de profesión, pero también vecinos de Olazti y de Alsasua, en cuya biblioteca ha dejado una copia. "Con todo esto estoy consiguiendo llegar a un guión con una historia que gusta e interesa", dice, y sigue: "Si no lo hubiese hecho así, hace tiempo que habría abandonado el proyecto; creo que los proyectos de cine deben empezar con un buen guión que lleve a una buena financiación. Y los buenos guiones solo se logran trabajando duro en todos los detalles".
Es evidente, pues, que Joseba Salegi no ha tenido prisa por volver a dirigir. "Siempre me he negado a buscar cualquier historia, para mí es un error; las historias llegan por sí mismas y cuando las tienes, no dudas en pelear por ellas, como ahora", afirma. Y mientras se produce esa confluencia, "mejor dedicarse a dirigir por encargo", caso de la tv movie sobre Pertur que realiza con producción de Ángel Amigo. Además, Salegi lleva muchos años ejerciendo como ayudante de dirección, con títulos como La mitad del cielo, Ander eta Yul, Madregilda o Naufragio en su haber, y opina que su vasta experiencia juega en su contra, ya que, posiblemente, "la industria prefiere contar contigo como ayudante de directores menos experimentados antes de pasarte las películas directamente".
el cine vasco existe Respecto a su trabajo, se califica como "existencialista", ya que "llego a la peli, lo doy todo y cuando se acaba el rodaje me voy y se acabó". Como ayudante de dirección le ha tocado colaborar con realizadores como Fernando Colomo, Pedro Olea, Ana Díez, Alfonso Ungría, Imanol Uribe o Pedro Aguilera y se caracteriza "por ayudarles en todo lo que puedo". De este modo, él también aprende, porque "una película es como un laboratorio cinematográfico y trabajar en ellas me sirve para adquirir la experiencia que necesito para poder contar mejor las historias que me planteo".
Muchos de los directores que le han contratado son vascos y Salegi, de hecho, cree que el cine vasco "existió, existe y existirá". "Se singulariza por sus características concretas de producción, los equipos técnicos, los directores y hasta por los temas que toca", insiste. Y divide esta cinematografía en dos corrientes principales. Por un lado, está "el cine que nació en Gipuzkoa en torno a Euskadiko Ezkerra", con ejemplos como La fuga de Segovia "y otras que se hicieron a continuación". Estas cintas son "más sesudas, de tendencia europea", con representantes como Helena Taberna, Montxo Armendáriz o Julio Medem. Por otra parte, menciona los proyectos que se realizan en la órbita de Bilbao, "que lleva una línea más cercana al cine de Madrid y al comercial americano sin dejar de tener su esencia vasca", y cita a Enrique Urbizu y a Álex de la Iglesia.
a favor del inaac A Joseba Salegi, mostrar un largo y fragmentos de otro esta tarde en la Filmoteca le hace una ilusión especial. Desde su inicio, ha colaborado estrechamente con esta entidad, que no solo ha conseguido una copia de Sor Corazón, sino que también digitalizó y puso al alcance de todos los alsasuarras el dcoumental que el realizó filmó de las fiestas del 76. "Pretender distribuir las tareas del INAAC en otros organismos no es más que burocratizar su función y, en consecuencia, perder efectividad". Y defiende que uno de los mayores logros de este instituto que el Gobierno foral liquidará en breve ha sido "reunir a todos los profesionales navarros que andábamos pululando por distintas cinematografías para que pudiésemos desarrollar nuestro trabajo aquí. Esto se va a perder irremediablemente, y, en mi caso, tendré que volver al entorno del cine guipuzcoano", lamenta.
'OCHO APELLIDOS' Y EL CINE DE OZORES
Razones sociológicas. En opinión de Joseba Salegi, el tremendo éxito de Ocho apellidos vascos "obedece más a razones sociológicas que cinematográficas". Es más, cree que se entronca "en ese cine que llamamos de Ozores". Y aclara que esto no es una crítica, es más, "siempre he defendido el cine de Ozores". "Los Torrentes tienen que existir para que el resto podamos hacer las películas que queremos hacer". Dicho esto, añade que la cinta de Martínez Lázaro le parece un trabajo "cinematográficamente flojo" que ha llegado "en un momento muy oportuno para todo el mundo, los de un lado y los del otro". "Queremos reírnos de lo vasco sin más; sin preguntarnos nada, reír por reír. No le demos más valor que el que tiene", y piensa que hacer una segunda parte "sería una torpeza", pues las imitaciones y las repeticiones nunca funcionan.