pamplona - “Yo de mayor quiero ser Fermín Jiménez. Quiero estar siempre contento y dar tan buen rollo como él. Quiero tomarme la vida como un juego. Ir tan mal de pasta y llevarlo tan bien como él. Relativizar como norma. Quitarle peso a todo. Que la vida no pese. Hay quien vive para trabajar. Hay quien trabaja para vivir. Y hay quien vive, como Fermín Jiménez”. Con este leitmotiv, en unos tiempos en que cada vez pesa más la obligación de trabajar frente al disfrute del tiempo libre, la compañía valenciana El Pont Flotant presenta esta tarde en el Teatro Gayarre, como broche de oro del Festival Inmediaciones, la obra Yo de mayor quiero ser Fermín Jiménez, que se inspira en el artista plástico pamplonés afincado en Valencia Fermín Jiménez Landa.

La obra, en palabras del actor integrante de El Pont Flotant Jesús Muñoz, “es una oda al disfrute de los tiempos muertos, del aburrimiento, una oda al hecho de intentar hacer lo que realmente nos gusta. Habla de la necesidad de trabajar en la sociedad actual, de la imposición de dedicar más horas a trabajar que a cualquier otra actividad ociosa, lúdica, familiar... y en este sentido reivindica la importancia de utilizar bien el tiempo”. El texto plantea irónicamente la necesidad de tiempo libre, en un tiempo en el que mucha gente, hoy en paro, es lo único que tiene. Pese a ese trasfondo algo amargo, es una oda “a vivir con tranquilidad y buen humor”.

Una filosofía de vida que encarna muy bien el artista pamplonés Fermín Jiménez, amigo de la compañía. “Fermín hace lo que le gusta, viaja mucho, se lo pasa muy bien, tiene una actitud siempre muy divertida ante la vida, y sobre todo, vive de lo que le gusta hacer. Sus obras artísticas transmiten una actitud tremendamente lúdica. Y son muy arriesgadas. Hay que estar un poco loco, o ser un poco inconsciente a veces para hacerlas, y esta locura es la que a veces te hace hacer las cosas que más merecen la pena en la vida”, dice Muñoz, quien actúa en escena con Àlex Cantó.

“En la obra somos personajes pero somos a la vez nosotros mismos, dos actores que hablamos de la obligación de trabajar en esta sociedad para poder literalmente ganarnos la vida, como si la vida no fuera nuestra; tenemos que pagar por vivir. Y en esta obra lo explicamos trabajando. El público nos verá a Àlex Cantó y a mí haciendo una obra de teatro, montando la escenografía, desmontándola y haciendo las escenas. Verá todo ese engranaje teatral a través de unos personajes que no quieren trabajar pero están trabajando, y a la vez se lo están pasando bien. Es la idea de intentar llegar, en este caso desde el escenario, a trabajar como lo hace Fermín Jiménez, que trabaja jugando o juega trabajando”, cuenta el actor sobre esta propuesta teatral divertida, “con mucho sentido del humor”, pero de la que el espectador saldrá reflexionando, “dándole vueltas a varios aspectos de su vida que tienen que ver con cómo gestiona su tiempo, cuántas horas dedica al trabajo, si realmente disfruta ese tiempo, y qué cosas que le gustaría hacer deja de hacer...”.

El artista Fermín Jiménez se tomó “a broma” la propuesta de la compañía El Pont Flotant, hasta que vio que su cara ilustraba el cartel de la obra de teatro. “Es un poco extraño y psicótico que hagan una obra con tu nombre”, dice, pero apunta que el resultado le “gusta” y que se reconoce en esa filosofía de vida que transmite Yo de mayor quiero ser Fermín Jiménez. Fusionando arte y vida, él ha elegido, “luchando contra presiones y convenciones sociales”, una cotidianeidad que le llena porque disfruta con ella, aunque carezca de esa seguridad o estabilidad de futuro. Aunque -dice- “escapando de ciertas cosas que parecían la opción fácil, como comprarme un piso, me he librado también de un camino duro marcado por la dependencia con los bancos”. “Pero veces yo también me dejo llevar por preocupaciones idiotas, y esta obra me recuerda cómo quiero ser”, dice el artista.